Descripción

Este es un blog de sentimientos, reflexiones, amor y de vidas pasadas sobre todo, ya que todo lo que escribimos en un momento determinado, se volverá pasado al fin y al cabo. Lo que las musas me susurran con su voz.

viernes, 15 de agosto de 2025

Es para reflexionar

    Es para reflexionar











Buenas noches queridos bloggeros y twitteros. Siento teneros tan abandonados, últimamente he estado escribiendo más que de costumbre, pero en formato de relato, os subiré cuando pueda alguna entrada relacionada con eso. Hoy vengo sin boli ni papel a contaros un poco como me siento, por aquello de que escribir para mí siempre fue terapia. Espero que lo disfrutéis.

Hoy viendo una telenovela, he reflexionado bastante, sobre todo porque he encontrado un símil en ella de una situación que estoy viviendo y que me ha parecido una señal. A veces pasa que las series, los libros y las canciones llegan cuando tienen que llegar, para mostrarnos cosas, señales, como decía en mi caso. 

En la telenovela se muestra a una chica que creía estar con el amor de su vida, y resulta que algo en su vida cambia, y él se vuelve importante de la noche a la mañana, entonces ella deja de serlo para él porque se cree con el poder de estar con cualquiera. Más concretamente, con la mujer más espectacular que se le ponga por delante, ¿por qué? Porque puede. Entonces su novia de toda la vida le resulta anodina, le parece que no está a la altura de su nueva vida de prestigio. Y la quiere cambiar por la mujer de sus sueños, una mujer espectacular, modelo, guapísima, alta... Y como no se decide, y sabe que le va a hacer muchísimo daño a su novia de siempre, decide ponerle los cuernos. Entonces ella empieza a pensar que no es suficiente. Que le ponen los cuernos porque hay algo mal en ella. Hasta que llega un chico que la hace sentir especial, que intenta cortejarla, y ella sin darse cuenta y sin quererlo, se deja hacer. Hasta que un día se da cuenta de que este chico le gusta. Pero tiene tanto miedo de que le vuelvan a romper el corazón, que corta con él antes de que pueda hacerlo. Así que, un día se arrepiente, y va a buscarlo, pero lo ve en una situación comprometida con una mujer mayor. Ella piensa lo peor, que él está jugando con ella como hizo su ex, y que seguro que le va a poner los cuernos. Sin embargo, la situación es un malentendido, ellos simplemente estaban hablando de algo, la mujer quería propasarse con él, pero él no quería nada con ella. Como a esta chica ya le han puesto los cuernos, lo que más fácil le resulta creer es que efectivamente esta persona la está engañando. ¿Cómo le afecta esto? Pues obviamente, psicológicamente. Ella empieza a pensar que no es válida, que habrá algo en ella que hará que los tipos quieran reírse de ella, que no es suficiente, que nadie nunca la va a querer lo bastante como para respetarla y serle fiel...

Y aquí es cuando pienso en... ¿Qué necesidad hay de hacer esto? Quiero decir, nosotros nos regimos por unas normas sexo-afectivas, es decir, por una ética relacional, por unos acuerdos relacionales que todos, como sociedad aceptamos como válidos. No hay necesidad de hacer daño, de poner los cuernos, basta con establecer bien estas reglas. Me explico:

Si tú te comprometes a tener una RELACIÓN DE PAREJA ROMÁNTICA: Entonces aceptas implícitamente seguir unas normas, ¿no? Como tener exclusividad sexual, lo que implica que asumes el compromiso de tener relaciones sexuales únicamente con quien has decidido que sea tu pareja. Al igual que tener exclusividad afectiva, lo que implica que te comprometes a solo albergar sentimientos por esa persona. Esto conlleva una transparencia emocional en la que tienes que ser sincero respecto a tus sentimientos por tu pareja, ya que tenéis un proyecto compartido y un compromiso emocional.

Para que nos entendamos: Esto implica que sientes algo tan fuerte por una persona, que has decidido no estar con nadie más, ni de manera romántica ni sexual. Supuestamente porque esta persona cubre tus necesidades básicas en cuanto a este respecto, y porque sientes por esta persona lo suficiente como para no fijarte en otra. Esto no quiere decir que nadie nunca te vaya a atraer cuando tienes pareja. Todos tenemos ojos, y cada día puede atraernos una persona distinta, pero tener pareja implica ser fiel, y no sucumbir a las tentaciones por elección propia. ¿Hasta aquí todo bien? Sigamos.

Si, en cambio, te comprometes a tener una RELACIÓN ABIERTA CONSENSUADA: Entonces esto quiere decir que se permiten dentro de la pareja relaciones sexuales consensuadas con otros que no formen parte de la pareja, aunque ésta sea la principal prioridad. Aquí se establecerían unas reglas emocionales básicas, como si se permite sentir sentimientos románticos por otras personas y otros límites prácticos: Como si estas personas pueden ser conocidos o extraños, o si se puede hablar dentro de la pareja de estas otras personas.

Para que nos entendamos: Aquí las reglas las pone la pareja en común de mutuo acuerdo, y se habla sobre lo que se permite dentro de esta pareja abierta y lo que no. Normalmente los dos se ponen de acuerdo para permitirse tener relaciones sexuales con otros, sin que esto afecte a la pareja. Aquí las reglas varían según las personas que la conformen. Pero digamos que hay más libertad sexual que en una relación monógama y cerrada, como explicaba anteriormente.

Si, por el contrario, lo que quieres es una RELACIÓN POLIAMOROSA: Entonces aquí lo que hay es una honestidad radical, tanto sobre los límites, como sobre lo que hace cada uno. Se establecen unas reglas sobre la sexualidad, e incluso se intercambian parejas y se cuentan lo que hacen con los otros en la mayoría de los casos. Pero, teniendo en cuenta que en la jerarquía, la relación principal está en el primer puesto de importancia.

Para que nos entendamos: En estos casos suele pasar que la pareja principal se ama, pero deciden compartir su amor con el resto y no tienen tapujos en cuanto al sexo con otras personas, disfrutan de su amor compartiéndolo con los demás sin restricciones pero sí con reglas dentro de la pareja.

Sin embargo, la AMISTAD CON DERECHO A ROCE es otra cuestión: Se establecen límites claros como que no es una relación y que no hay que esperar nada a nivel emocional de la otra persona. Simplemente es un intercambio sexual con beneficios para la salud. No se permiten reclamos en la mayoría de los casos y cada cual puede hacer lo que quiera con su vida sin necesidad de dar explicaciones. Excepto en el caso de que se llegue a acordar tener exclusividad sexual sin que puedan intervenir los reclamos. Además existe un consentimiento explícito para que haya varios encuentros sexuales.

Para que nos entendamos: Esto se entiende perfectamente, ¿Verdad? Creo que todos sabemos lo que es una amistad con derecho a roce.

Y luego estaría su prima hermana, la RELACIÓN CASUAL O SIN COMPROMISO que viene a ser prácticamente lo mismo. Solo que las relaciones sexuales se pueden dar una única vez sin llegar a repetirse, se da por una atracción sexual o deseo momentáneo y hay cero compromiso, ni afectivo ni de amistad.

Entonces, el punto al que quiero llegar es el siguiente: Si uno tiene una relación de pareja romántica cerrada, y no está conforme con ella, ya sea porque ha dejado de querer a la persona, porque quiere estar soltero/a, o porque quiere conocer a otras personas o acostarse con ellas, es tan fácil como dejar la relación, ¿no? O en su defecto cambiar el tipo de relación. Ya sea a una abierta, una poliamorosa, una amistad con derecho, o una relación sin compromiso. Porque resulta que en todas ellas se permite tener sexo con otras personas salvo en el caso de que se establezca la exclusividad. Si una parte de la pareja intentara cambiar las normas relacionales, y la otra persona no estuviera de acuerdo, basta con cortar la relación, es decir, dejarla. Y entonces la persona sería libre de hacer y deshacer prácticamente como quisiera, como por ejemplo teniendo relaciones sin compromiso con quienes le apetezca.

Con lo cual, ¿por qué poner los cuernos? ¿Por qué hacer daño a una persona? ¿Por qué mentir? Porque claro, aquí se habla del dolor que sufre la persona que tiene pareja y a la que le han puesto los cuernos, por supuesto. Pero también hay que hablar del daño que sufre el daño colateral, nunca mejor dicho. La que suele ser la otra, o el que suele ser el otro. La mentira, el engaño, como se ilusiona a una persona inocente que simplemente está conociendo a otra y que no sabe que la otra persona ya está comprometida... Como se le engaña a esta persona diciéndole textualmente que no hay otra persona, que está libre, que quiere conocerla/o, ver qué pasa... ¿Por qué? ¿Qué necesidad hay de hacer este daño? Si no quieres a tu pareja o has decidido que ya no quieres estar con ella, déjala ir. Establece otros límites, otras normas, rompe con lo que no quieres en tu vida. Pero deja a los demás en paz, que no tienen culpa de que tengas una relación de mierda con otra persona, joder. Siempre y cuando hablemos de que la persona implicada no sepa que el otro o la otra tiene una relación, por supuesto.

Claro que también hay otros casos particulares que tienen la misma culpa. SÍ, SI LA TIENEN, SEÑORES. Un cómplice de homicidio no es un homicida, pero sigue siendo un cómplice, ¿y adivinen qué? También va a la cárcel. Claro que si. A mí no me vale eso de: "Ah bueno, es que el/la que tiene el compromiso es él/ella, no yo, yo puedo hacer lo que quiera." No, eso es ser cómplice, porque tú sabes que esa persona tiene pareja y por egoísmo, te da igual y te lo/la comes igual. Y eso no está bien.

Pero basta ya de jueguecitos, de hacer daño a la gente. Si uno no quiere estar en una relación ES SIMPLE: No está. Sé que la vida de cada uno tiene muchos matices, y también sé que hay casos de relaciones románticas complicados en los que no es fácil salir por múltiples razones. Sin embargo, sigue sin ser motivo para jugar con los sentimientos de dos personas, en el caso de que se haya incurrido en el delito una vez, por supuesto, sino serían más. Tenemos unas normas que, si queremos, nos permiten hacer exactamente lo que nos dé la gana. Y si no, si la persona no está dispuesta o no quiere, pues al no querer lo mismo, solo queda separarse. Como cuando uno conoce a una persona y no quiere tener hijos y tú sí, y es lo suficientemente importante para no seguir conociendo a la persona. Donde empieza mi libertad acaba la tuya, y viceversa. Seamos responsables. Tengamos responsabilidad afectiva, emocional. Queramos bonito. Aprendamos a decir qué es lo que queremos y qué es lo que no, y sobre todo cuando una persona ya no es suficiente para tener una relación de pareja romántica cerrada. Dejemos de hacer daño, por favor. Seamos inteligentes. 

Porque esto... Esto es para reflexionar.



sábado, 11 de enero de 2025

Contratos sociales tácitos

   Contratos sociales tácitos










Buenas noches queridos bloggeros y twitteros. Sé que suelo pasarme como una vez al año por aquí, supongo que estoy un poco en bloqueo escritor, pero bueno, voy a intentar pasarme más y escribir más y rechazar el típico miedo a la hoja en blanco. Hoy no voy a decir de dónde viene mi inspiración, como suelo hacer, pero aquí os lo dejo para que reflexionéis, que es al final lo que siempre busco con lo que escribo. Ahí va.

No sé si soy yo la que no entiende las relaciones humanas, o es que ellas no me entienden a mí. Entendiéndose por relaciones humanas las que se tienen con personas que te atraen, por así decirlo. Me siento una rara avis dentro de este mundillo, siento que no me entienden, o que no entiendo, o que no encajo en ellas de alguna forma.

Supongo que cada uno estamos rotos a nuestra manera, porque todos tenemos problemas y nadie queda libre de sufrimiento, y menos durante toda la vida. Y ya se sabe que nuestra versión de hoy la conforman nuestras heridas de ayer. Pero no porque alguien tenga sus miedos, significa que yo tenga que olvidar los míos, o que por aceptar los de otro, tengan que invalidarse los míos. Y viceversa. Supongo que no se trata de ceder, se trata de aceptar que por mucho que intentes encajar una pieza con otra, por mucha fuerza que hagas, no se arma bien el puzzle, porque no es la ficha correcta, por mucho que se te haya metido en la cabeza que parece que es. A veces hay que aceptar que no es ahí, y dejar ir.

A donde quiero ir a parar es a que, por regla general, cuando te descargas una aplicación de ligar, los hombres suelen querer tener relaciones sexuales esporádicas vacías y sin compromiso. Y soy consciente de que he escrito sobre esto muchas veces, aunque de forma distinta. Supongo que dejaré de hablar de esto cuando lo comprenda. Que ojalá sea pronto, porque yo realmente quiero comprender, pero no comprendo. Porque no es que no quiera comprenderlo, es que no puedo. ¿Por qué tengo que ser yo la que ceda y entienda los miedos de otros y nadie se interese en ceder por los míos? Porque cuando les das tu versión, obviamente es: o lo tomas, o lo dejas. No hay más discusión, lo único que te dejan claro es que es lo que hay, y que no van a cambiar de opinión.

Pero me da igual, sigo sin entender a la gente que apalabra contratos sociales tácitos para prometerle sexo a una persona que ni siquiera han visto en persona y no sabe si le va a gustar, si le va a apetecer o no tener sexo justo el mismo día que se van a ver. ¿Y si de repente descubres que es un gilipollas y te baja la libido de un plumazo? ¿Es, de verdad, tan descabellado querer conocer a una persona de forma normal? ¿Es tan descabellado tratarse como personas y no como única fuente de alivio? Que yo no digo que no se puedan tener relaciones sexuales, digo que esta forma fría de llevarlas a cabo no tiene sentido. Digo yo, que como mínimo, tienes que llegar a la conclusión de que la persona con la que te vas a acostar, o te estás acostando, no es gilipollas. Y ya de paso descubrir si te atrae, al menos, físicamente, que las fotos engañan mucho y no lo muestran todo. Pero no, ellos quieren que apalabres, a ciegas, acuerdos tácitos de antemano para asegurarse el polvo. ¿Y si luego no quieres, o no te apetece, qué?

¿Sabes cuál es el trasfondo real de todo esto? Que tienen miedo. Miedo a conocerte lo suficiente como para sentir. Miedo a que metas su corazón en una trituradora, porque sí, todos los que hacen cosas como esta piensan que vas a hacer eso mismo con su corazón, aunque te resulte difícil de creer. Piensan que su mejor escudo contra el amor es el sexo. Pero sexo vacío con cualquiera, sin compromiso, sin explicaciones ni complicaciones. Lo que no saben, o no caen en cuenta, es que el miedo no va a impedir que se enamoren, precisamente porque uno no elige enamorarse de una persona, sino, cuántas desgracias se hubieran evitado. Y tampoco puede elegirse si uno se enamora o no, porque no es decisión nuestra, nosotros no mandamos en eso del amor. Da igual dónde estés o cuánto hagas por evitar enamorarte, porque si el amor, si te busca, te encuentra. Esto es como la gente que "intenta" que su pareja no le ponga los cuernos, y le mira el teléfono, y lo controla, y hace de todo para que no pase. Pero es que el que quiere ser infiel lo es, no importa lo que hagas para evitarlo. Bueno, pues con el amor pasa exactamente lo mismo. Lo que no se han dado cuenta es de que se están exponiendo más a él quedando con personas para tener encuentros sexuales, porque puede que se dé el caso de que lleven un tiempo teniendo relaciones, y de repente, sin querer, se enamoren. O puede que un día conozcan a una persona por causalidad, sin la pretensión de enamorarse, ni de nada en realidad, y se enamoren. 

No sé, no logro entender a las personas que hacen esto. Supongo que para ellos la intimidad reside en conocer a alguien, en sentir, en compartir, en quedar. Sin embargo, yo opino todo lo contrario. ¿Cómo va a ser más íntimo conocer a una persona que desnudarte delante de ella sin concerla? ¿A caso nos quitamos la ropa en público? No, ¿verdad? ¿Por qué? Porque es algo íntimo, nosotros decidimos regalar nuestra desnudez de forma exclusiva a quien queramos, no para que unos completos desconocidos nos vean, para mí, vulnerables, expuestas. Con todos nuestros defectos a la vista, con nuestras estrías, nuestras cicatrices, nuestra celulitis, nuestro pecho caído. Con todos los defectos revelados de un solo plumazo, sin tiempo, sin trasgresión, sin regresión. Yo no sé vosotros, pero yo necesito estar lista para dar esto de mí a alguien. Necesito conocerlo para que me ponga. Porque no sólo son atractivos los atributos físicos, que también, pero todos sabemos que cuánto más nos gusta alguien por dentro, más nos gusta por fuera. Yo necesito confianza, complicidad, conocer a esa persona. Independientemente de que yo vaya a sentir o no, independientemente de que yo vaya a tener relaciones sexuales o no, porque eso sólo podría decirlo el tiempo, al menos en mi caso. El tema es que a mí no me asusta llegar a sentir, como les pasa a ellos. Pero cuando dicen que se meten esas aplicaciones con la finalidad de tener "lo que surja" no están empleando bien la expresión, porque cuando dicen eso, quieren decir que quieren sexo. Y lo que surja, es precisamente lo que yo digo, quedar, ver a la persona, conocerla, y si surge, surge, y si no surge, no surge. Lo que no puede ser es comprometerse a tener algo que no sabes si vas a querer tener en el momento.

Sin embargo, ellos piensan que "conocer" implica que exista la posibilidad de que les guste tanto nuestro interior, que quieran quedarse a vivir dentro, y que entonces dejen de ver sólo nuestro cuerpo, como creen que hacen con el sexo. Yo en parte puedo entender que sientan vulnerables si les dejamos mirar nuestro interior, porque eso implica exponer el suyo a nuestra mirada. Y se sienten vulnerables por el hecho de que veamos sus defectos por dentro, qué está roto de fábrica, cuántas tiritas tienen sus corazones, por quiénes laten, sus miedos más profundos, lo que los enamora, sus buenos y malos días, lo que son, sin máscaras. Y piensan, que una vez estemos dentro de su casa, y nos hayamos ganado la confianza suficiente para entrar en ella, vamos a coger y a romperlo todo, a tirar todas las cosas que han intentado durante tanto tiempo poner en su sitio, que destruyamos todos los cimientos de lo que han ido construyendo a lo largo de su vida, que echemos por la borda todo lo que han luchado porque se mantenga en su sitio lo que tienen, por estar donde están. Y ya de paso, que rompamos también su fragilidad. Incluso, el mero hecho de que la veamos, tal y como es, les acojona. El tema, vuelve a ser el mismo, que sólo se escapa del desamor cuando encuentras al amor de tu vida. E incluso cuando lo encuentres, puede ser que no sea para siempre. Puede ser que la vida misma te lo arrebate, porque nada es eterno. Puede ser que dos almas gemelas no puedan estar juntas porque la vida, el destino, o las circunstancias, no se lo permitan. Lo que implica que nadie se libra de sufrir por amor. Pero en cambio, sí que se sufre cuando te lo niegas a ti mismo, cuando te prohíbes sentir, cuando sufres por poder sufrir cuando no te has permitido vivirlo para juzgarlo.

Es como cuando tienes un accidente de coche y decides no conducir nunca más. O no subirte nunca más a un coche. Y, dime, ¿cómo vas a llegar entonces a tu destino? ¿Te vas a quedar en casa hasta que el mundo deje de girar, hasta que el propio transporte deje de existir? ¿O vas a salir de casa y vas a asumir que para llegar a donde tienes que llegar necesitas un coche, un autobús, un metro, o incluso un tren, un avión, un barco? Ya te respondo yo, no puedes quedarte encerrado en casa a esperar que el transporte deje de existir, porque lo siento, eso es imposible. Tanto como lo es, como decía, enamorarte.

Pero bueno, no puedes cambiar a la gente, y tampoco lo que piensa con respecto a esto, sólo me queda aceptarlo y resignarme. Pero entonces, que ellos entiendan también mi postura, y que no soy un trozo de carne. Y que como persona que soy, no tengo culpa de quien haya apaleado sus corazones, ni de qué, quién o quiénes les hayan hecho sufrir. Porque, señoría, soy inocente, y ese marrón no me corresponde a mí, lo siento. Que cada uno lidie con su mierda, que yo también tengo la mía. Que lo solucionen como puedan o quieran, pero que ni me responsabilicen, y por supuesto, que ni me utilicen. Por ahí no voy a pasar, no tengo nada más que decir, señoría, y por supuesto, nada más en lo que ceder. Solo me queda, dejar ir a quien se quiere ir.