Tiempo malvivido
Buenas noches queridos bloggeros y twitteros, hoy vengo a hablar sobre malvivir el tiempo, sobre no saber o no querer abrir los ojos ante la realidad. Vengo a hablar, del mal uso que hacéis de la palabra "importante", al igual que de la palabra "imprescindible". Vengo a hablar de lo poco que se valora lo realmente importante.
Oh amor,
¿por qué eres tan complicado?,
¿por qué lo haces tan complicado?,
¿por qué te complicas?,
¿por qué me complicas?,
¿por qué nos complicas?,
¿por qué nos complicamos tanto?
Oh amor,
has puesto una excusa
por miedo a complicarte conmigo,
a complicarnos,
y lo complicado
es que nos compliques
no dejando besarnos.
Es todo tan complicado... y todo porque a ti te apetece que sea complicado. Debería de poder tener el derecho de pronunciarme, de poder dar mi punto de vista sobre la posible relación que podríamos o no tener, pero tú no me lo permites, porque aún no admites que no estás conmigo por "falta" de tiempo. Tiempo atrás te buscaste otra excusa mucho más representativa asegurándote de que no diera pié a ningún debate, pero lo hiciste para que yo tuviera una respuesta negativa, no para darme una explicación sobre porqué conmigo la respuesta es negativa. Y ahí se encuentra la diferencia entre una excusa y otra, (porque tengo claro que tanto la una como la otra son excusas) en una de ellas aún se puede hacer algo, y en la otra nada. Pero aún y todo, lo que me queda más que claro es que la respuesta es de todas maneras negativa, pero es que además tengo la impresión de que quieres que me rinda, pero tranquilo, eso es lo que vas a acabar consiguiendo.
Digo que te complicas, porque hasta con tus excusas te contradices, cuando lo más fácil que se puede hacer es sentarse a hablar y con sinceridad, poner las cartas sobre la mesa. Porque además, te complicas intentando racionalizar un sentimiento imposible de racionalizar: los pálpitos, las intuiciones y los sentimientos se siguen a ciegas y se hacen sin luz. No trates de comprender algo incomprensible, no barajes si quiera pros y contras, por una vez haz lo que sientas sin pensar; y si como el niño, en medio del camino entre sus dos padres al empezar a andar, no corres a mis brazos, no rechistaré, ni patalearé, simplemente sonreiré porque el niño ha empezado a andar, ha empezado a seguir sus corazonadas, y ha sido una decisión satisfactoria, feliz, y plenamente sincera, como todo lo que sale del corazón. Pero lo que más me fastidia de ti, es que todo, absolutamente todo lo que haces está plenamente premeditado, y yo necesito pruebas, actos espontáneos, porque tus excusas no me satisfacen, y sobre todo no me dan un motivo real al que pueda aferrarme para apartarme definitivamente de ti. Si me pusiera delante de ti, muy cerca, y me dijeras que no se te ha pasado ni una sola vez por la cabeza el besarme, y fueran quince provocativos minutos que a ti te resultasen indiferentes, entonces me marcharía sin importarme el motivo, porque supondría que no se te habría movido nada ahí dentro, en el izquierdo. Pero no sé si comprendes que así sólo me haces sentir impotente, porque sé que aún hay algo que puedo hacer, aunque aún no sé qué es y de verdad que deseo rendirme tanto como tú quieres que me rinda, pero necesito un buen motivo para hacerlo, compréndelo.
Estos días atrás has estado evitándome, aunque paradójicamente inevitablemente nos hemos acabado encontrando. Supongo que lo hacías para ganar tiempo, para tomar una decisión después de haber sido tan obvia en una de mis últimas conversaciones contigo. Creo que ese día te acobardaste, porque me viste perfectamente capaz de confesarte lo que sentía, pero no soy capaz de tantas cosas como crees. Y lo peor de todo, es que si aún no me he rendido, es porque tengo la intuición de que quieres pero no puedes. Sin embargo, el verdadero problema está en que no has puesto en el orden adecuado tus prioridades, lo realmente importante, y a veces para tener a tu disposición algunas cosas, hay que prescindir de otras, porque lo que sí que está claro es que todo en la vida no se puede.
Pero también te digo, que cuando seas anciano y no puedas regresar el tiempo te arrepentirás, porque tampoco tendrás tiempo futuro para enmendar lo que hiciste o recuperar lo que perdiste tanto tiempo atrás. ¿Lo entiendes? Será tarde, será demasiado tarde para todo. Te arrepentirás de haber dejado escapar a una chica que te gustaba de verdad, que en este caso soy yo, pero también a las otras muchas que vendrán a las que como a mí, les darás absurdas excusas para no estar con ellas. Te arrepentirás cuando sientas en tus recuerdos las palabras sucias y ajenas en tu boca, puesto que de anciano será cuando realmente no tengas tiempo. Al contrario que de joven, que sí tuviste tiempo, sólo que era un tiempo ocupado por otras cosas que en su momento considerabas importantes, casi imprescindibles, cuando en realidad no lo eran. Una pena que tengas que llegar a anciano para darte cuenta, porque será entonces cuando no podrás hacer nada.
Hablemos de "lo importante". Lo importante en la vida no es trabajar, no es estudiar, ni tampoco sucumbir a las normas sociales que crean máquinas para explotarlas hasta destruirlas y después dejarlas libres cuando no hay cuerpo ni vida para disfrutar de esa falsa libertad. Se dice que se invierte en un futuro, pero no veo ningún futuro libre de esa inversión, a la que se podría llamar perfectamente esclavitud social masiva. Si crees que esa inversión puede proporcionarte más felicidad que el amor, que las sorpresas, que la satisfacción personal, y que cada pequeño y emocionante detalle que compone la vida, déjame decirte cuán equivocado estás. Ademas, no eres consciente de que estás perdiendo un tiempo infinitamente valioso con todas esas ocupaciones tan importantes para ti, un tiempo, repito, que no recuperarás jamás. Estás renunciando a partes que verdaderamente son imprescindibles en la vida, cosas a las que no se puede renunciar aunque se quiera, cosas, como el amor. Crees que puedes huir de aquél al que consideras una distracción para con tus responsabilidades, pero lo cierto es que no puedes, ni tú, ni nadie, porque forma parte de lo que somos, de nuestra naturaleza.
¿Por qué no puedes entenderlo?,
¿por qué no puedes entender
que sería mejor para tu bienestar y tu felicidad
el quitarte sólo una de tus ocupaciones,
aunque tardases más tiempo
en conseguir el dinero que necesitas?,
¿por qué no entiendes
que el dinero se convierte en un papel inservible
cuando mueres y no hay vida para gastarlo?,
¿por qué no entiendes
que yo tengo el mismo derecho que tú
a decidir sobre nosotros?
Mira, no lo sé, ni siquiera sé cuándo reuniré el valor para tener esa conversación contigo, esa conversación que llevo tanto tiempo queriendo tener. Y probablemente será más nunca que tarde, puesto que todos los obstáculos que interpones entre nosotros me lo impiden, y cada vez que lo intento me frenas. Así que te aseguro que no voy a ser yo quien pierda su valioso tiempo, al contrario que tú, intentando hacerte ver las dos caras de la moneda, ya eres mayorcito como para pensar por ti mismo.
Sabes lo que hay,
aunque no lo quieras ver.
Sabes que estás perdiendo una oportunidad
casi tan valiosa como el tiempo.
Sabes lo que siento.
Sabes que si se quiere se saca tiempo.
Sabes qué es lo que quiero decir
y qué es lo que no digo.
Así que si no quieres, no seré yo quien te obligue a querer. Pero me da lástima que no te quieras dar cuenta de todas estas cosas, y me da pena no poder ser yo quien te lo diga, sin embargo, es tu vida y solo tú y nadie más que tú tiene decisión sobre ella. Sólo deseo que encuentres la manera de ser feliz (que te aseguro que no va a ser con el plan de vida que llevas ahora mismo), que encuentres el amor, y que ojalá aprendas a invertir el tiempo como es oportuno, y no hay manera más oportuna que la de invertirlo en lo que te llene de corazón.
Buenas noches queridos bloggeros y twitteros, hoy vengo a hablar sobre malvivir el tiempo, sobre no saber o no querer abrir los ojos ante la realidad. Vengo a hablar, del mal uso que hacéis de la palabra "importante", al igual que de la palabra "imprescindible". Vengo a hablar de lo poco que se valora lo realmente importante.
Oh amor,
¿por qué eres tan complicado?,
¿por qué lo haces tan complicado?,
¿por qué te complicas?,
¿por qué me complicas?,
¿por qué nos complicas?,
¿por qué nos complicamos tanto?
Oh amor,
has puesto una excusa
por miedo a complicarte conmigo,
a complicarnos,
y lo complicado
es que nos compliques
no dejando besarnos.
Es todo tan complicado... y todo porque a ti te apetece que sea complicado. Debería de poder tener el derecho de pronunciarme, de poder dar mi punto de vista sobre la posible relación que podríamos o no tener, pero tú no me lo permites, porque aún no admites que no estás conmigo por "falta" de tiempo. Tiempo atrás te buscaste otra excusa mucho más representativa asegurándote de que no diera pié a ningún debate, pero lo hiciste para que yo tuviera una respuesta negativa, no para darme una explicación sobre porqué conmigo la respuesta es negativa. Y ahí se encuentra la diferencia entre una excusa y otra, (porque tengo claro que tanto la una como la otra son excusas) en una de ellas aún se puede hacer algo, y en la otra nada. Pero aún y todo, lo que me queda más que claro es que la respuesta es de todas maneras negativa, pero es que además tengo la impresión de que quieres que me rinda, pero tranquilo, eso es lo que vas a acabar consiguiendo.
Digo que te complicas, porque hasta con tus excusas te contradices, cuando lo más fácil que se puede hacer es sentarse a hablar y con sinceridad, poner las cartas sobre la mesa. Porque además, te complicas intentando racionalizar un sentimiento imposible de racionalizar: los pálpitos, las intuiciones y los sentimientos se siguen a ciegas y se hacen sin luz. No trates de comprender algo incomprensible, no barajes si quiera pros y contras, por una vez haz lo que sientas sin pensar; y si como el niño, en medio del camino entre sus dos padres al empezar a andar, no corres a mis brazos, no rechistaré, ni patalearé, simplemente sonreiré porque el niño ha empezado a andar, ha empezado a seguir sus corazonadas, y ha sido una decisión satisfactoria, feliz, y plenamente sincera, como todo lo que sale del corazón. Pero lo que más me fastidia de ti, es que todo, absolutamente todo lo que haces está plenamente premeditado, y yo necesito pruebas, actos espontáneos, porque tus excusas no me satisfacen, y sobre todo no me dan un motivo real al que pueda aferrarme para apartarme definitivamente de ti. Si me pusiera delante de ti, muy cerca, y me dijeras que no se te ha pasado ni una sola vez por la cabeza el besarme, y fueran quince provocativos minutos que a ti te resultasen indiferentes, entonces me marcharía sin importarme el motivo, porque supondría que no se te habría movido nada ahí dentro, en el izquierdo. Pero no sé si comprendes que así sólo me haces sentir impotente, porque sé que aún hay algo que puedo hacer, aunque aún no sé qué es y de verdad que deseo rendirme tanto como tú quieres que me rinda, pero necesito un buen motivo para hacerlo, compréndelo.
Estos días atrás has estado evitándome, aunque paradójicamente inevitablemente nos hemos acabado encontrando. Supongo que lo hacías para ganar tiempo, para tomar una decisión después de haber sido tan obvia en una de mis últimas conversaciones contigo. Creo que ese día te acobardaste, porque me viste perfectamente capaz de confesarte lo que sentía, pero no soy capaz de tantas cosas como crees. Y lo peor de todo, es que si aún no me he rendido, es porque tengo la intuición de que quieres pero no puedes. Sin embargo, el verdadero problema está en que no has puesto en el orden adecuado tus prioridades, lo realmente importante, y a veces para tener a tu disposición algunas cosas, hay que prescindir de otras, porque lo que sí que está claro es que todo en la vida no se puede.
Pero también te digo, que cuando seas anciano y no puedas regresar el tiempo te arrepentirás, porque tampoco tendrás tiempo futuro para enmendar lo que hiciste o recuperar lo que perdiste tanto tiempo atrás. ¿Lo entiendes? Será tarde, será demasiado tarde para todo. Te arrepentirás de haber dejado escapar a una chica que te gustaba de verdad, que en este caso soy yo, pero también a las otras muchas que vendrán a las que como a mí, les darás absurdas excusas para no estar con ellas. Te arrepentirás cuando sientas en tus recuerdos las palabras sucias y ajenas en tu boca, puesto que de anciano será cuando realmente no tengas tiempo. Al contrario que de joven, que sí tuviste tiempo, sólo que era un tiempo ocupado por otras cosas que en su momento considerabas importantes, casi imprescindibles, cuando en realidad no lo eran. Una pena que tengas que llegar a anciano para darte cuenta, porque será entonces cuando no podrás hacer nada.
Hablemos de "lo importante". Lo importante en la vida no es trabajar, no es estudiar, ni tampoco sucumbir a las normas sociales que crean máquinas para explotarlas hasta destruirlas y después dejarlas libres cuando no hay cuerpo ni vida para disfrutar de esa falsa libertad. Se dice que se invierte en un futuro, pero no veo ningún futuro libre de esa inversión, a la que se podría llamar perfectamente esclavitud social masiva. Si crees que esa inversión puede proporcionarte más felicidad que el amor, que las sorpresas, que la satisfacción personal, y que cada pequeño y emocionante detalle que compone la vida, déjame decirte cuán equivocado estás. Ademas, no eres consciente de que estás perdiendo un tiempo infinitamente valioso con todas esas ocupaciones tan importantes para ti, un tiempo, repito, que no recuperarás jamás. Estás renunciando a partes que verdaderamente son imprescindibles en la vida, cosas a las que no se puede renunciar aunque se quiera, cosas, como el amor. Crees que puedes huir de aquél al que consideras una distracción para con tus responsabilidades, pero lo cierto es que no puedes, ni tú, ni nadie, porque forma parte de lo que somos, de nuestra naturaleza.
¿Por qué no puedes entenderlo?,
¿por qué no puedes entender
que sería mejor para tu bienestar y tu felicidad
el quitarte sólo una de tus ocupaciones,
aunque tardases más tiempo
en conseguir el dinero que necesitas?,
¿por qué no entiendes
que el dinero se convierte en un papel inservible
cuando mueres y no hay vida para gastarlo?,
¿por qué no entiendes
que yo tengo el mismo derecho que tú
a decidir sobre nosotros?
Mira, no lo sé, ni siquiera sé cuándo reuniré el valor para tener esa conversación contigo, esa conversación que llevo tanto tiempo queriendo tener. Y probablemente será más nunca que tarde, puesto que todos los obstáculos que interpones entre nosotros me lo impiden, y cada vez que lo intento me frenas. Así que te aseguro que no voy a ser yo quien pierda su valioso tiempo, al contrario que tú, intentando hacerte ver las dos caras de la moneda, ya eres mayorcito como para pensar por ti mismo.
Sabes lo que hay,
aunque no lo quieras ver.
Sabes que estás perdiendo una oportunidad
casi tan valiosa como el tiempo.
Sabes lo que siento.
Sabes que si se quiere se saca tiempo.
Sabes qué es lo que quiero decir
y qué es lo que no digo.
Así que si no quieres, no seré yo quien te obligue a querer. Pero me da lástima que no te quieras dar cuenta de todas estas cosas, y me da pena no poder ser yo quien te lo diga, sin embargo, es tu vida y solo tú y nadie más que tú tiene decisión sobre ella. Sólo deseo que encuentres la manera de ser feliz (que te aseguro que no va a ser con el plan de vida que llevas ahora mismo), que encuentres el amor, y que ojalá aprendas a invertir el tiempo como es oportuno, y no hay manera más oportuna que la de invertirlo en lo que te llene de corazón.