Descripción

Este es un blog de sentimientos, reflexiones, amor y de vidas pasadas sobre todo, ya que todo lo que escribimos en un momento determinado, se volverá pasado al fin y al cabo. Lo que las musas me susurran con su voz.

sábado, 25 de julio de 2020

Mentiras y otros cuentos

Mentiras y otros cuentos






Buenas noches queridos bloggeros y twitteros. Hoy os voy a hablar sobre algunas cosas que nos decimos y que están socialmente aceptadas. Ya sabéis que me gusta mucho reflexionar sobre cosas de la vida, Y como siempre os digo de dónde viene mi inspiración, os diré que leí algo en la revista "Mente Sana" que me hizo reflexionar. Espero que lo disfrutéis y que opinéis si así lo queréis.

Muchas veces damos por supuestas mentiras globales y sociales que compartimos con el resto de la humanidad. Una de esas cosas es cuando la gente cree que es malo que nos importe lo que la gente opine de nosotros. Incluso vemos mal el hecho de querer agradar a los demás. Y ya ni te digo complacer en ciertos aspectos cotidianos a alguien (no me refiero al plano sexual). Y yo me pregunto: ¿Por qué es malo que a mí me importe lo que los demás piensen de mí? ¿A caso es posible evitar que a mí me importe o me afecte lo que los demás piensen de mí? Es más, ¿a caso la mayoría de la población no se mueve por eso, por lo que los demás vayan a opinar sobre ellos? ¿Existirían los influencer si suprimiéramos la idea de que nos importe lo que los demás piensen de nosotros? ¿Existiría la ropa? ¿Saldríamos vestidos a la calle si no nos importase lo que los demás piensen de nosotros? ¿O más bien iríamos desnudos porque no nos importa lo más mínimo la opinión ajena? Claro que saldríamos desnudos, porque no existiría ni la vergüenza propia ni la ajena. No existiría el pudor, el rubor de las mejillas... Y además, ¡qué coño! Es cómodo que te cagas.

Esto es como cuando alardeas de que tienes una virtud muy valorada y respetada en la sociedad: la cualidad de ser sincero. Este es otro mito que hay que desmentir. Esta es otra de esas mentiras que nos decimos y nos creemos socialmente y a diario. ¿A caso alguien es poseedor de la verdad absoluta como para llamarse a sí mismo "sincero"? ¿A caso alguien apostaría su mano a que nunca ha dicho una mentira? Está bien, todos estamos de acuerdo con que no se aceptan todas las mentiras. Y que hay mentiras con derecho a serlo porque son necesarias para la supervivencia, por ejemplo, y otras no. Es decir, que hay mentiras socialmente aceptadas, moralmente y éticamente. Pero hay otras mentiras moralmente reprochables, aunque siempre depende de quién las mire, hacia quién están dirigidas o su contexto, entre otras cosas. En sí no creo que alardeemos de ser sinceros, no tendería sentido. Yo creo que alardeamos de no ser moralmente cuestionables, de no mentir cuando está mal hacerlo. Si me preguntas: ¿Según quién? Te diré que no lo sé. Podría poner algún ejemplo, aunque probablemente exista quien me rebata y cuestione lo que digo o lo que yo considero como malo o bueno porque ya sabemos que eso es subjetivo y altamente relativo. Allá va: Se supone que no está bien mentir cuando le estás engañando a tu pareja. La sociedad diría que lo correcto sería decirle la verdad al instante. No hacerlo sería mentir, pero no sería una mentira válida y pasable, si no una mentira horrible y reprochable. Sí estaría bien mentir, bajo mi punto de vista, si te has escapado de casa estando castigado para ir a estudiar a una biblioteca. Pero claro, aquí depende del contexto, porque si alguien va a sufrir tu castigo por ti, o si la respuesta a ese castigo es agresiva, entonces la persona en cuestión tampoco habría actuado bien. Como digo, todo depende. Lo que nos queda claro es que la mentira se mueve por unos parámetros morales, pero lo cierto es que por mucho que digan, nadie se libra de mentir. Y nadie es poseedor de la verdad absoluta. Por eso nadie puede otorgarse la medalla a la sinceridad.

En resumidas cuentas, a todos nos importa lo que los demás piensen de nosotros, otra cosa es que se digan que no para que duela menos una crítica negativa. Los "bienquedas" o no existen, o lo somos todos, porque todos en algún momento de nuestras vidas hemos querido agradar a alguien. E incluso puede considerarse un gesto altruista y humilde, siempre y cuando no sea movido por el narcisismo. Y creo que no es nada malo, según la intención con la que se haga, malo es robar y matar dicen. Pero según el contexto y la historia, podrían decir lo contrario. Sin embargo, Robin Hood era un ladrón, ¿no? ¿Pero quiénes robaban en realidad? Y a pesar de ser un ladrón, ¿a que no lo condenarías? El caso es que nadie es tan sincero como le gustaría, y la sinceridad no es para tomarla como una virtud inherente a uno mismo, porque nadie se libra de mentir. El tema está en si mientes para hacer el bien o si mientes para hacer el mal. E incluso mintiendo para hacer el bien, podrías estar haciendo mal y viceversa. Ya sabemos que todo en esta vida es relativo y subjetivo.

Esto sucede también con otros conceptos o ideas como quien dice "no soy celoso". Hoy en día todos nos decimos que ser celoso está mal. Por norma, ser celoso está mal visto socialmente. Pero aún así celamos y nos ponemos celosos. Sin embargo, cuando alguien nos llama la atención sobre esto, instintivamente lo queremos tapar como quien barre la mugre y la esconde debajo de la alfombra. No nos engañemos, todos hemos sentido celos alguna vez, ya sea por inseguridad, o simplemente porque es una emoción humana de lo más común, contra la que luchamos sin saber por qué. ¿Realmente existe alguien que no se haya puesto celoso nunca? Porque no olvidemos que hay muchos tipos de celos y dirigidos hacia muchos tipos de relaciones humanas y humanos en sí. ¿Existirán celos malos y celos buenos? ¿Tendremos que aceptar los celos como parte de nosotros o por el contrario tendríamos que rechazarlos? ¿Quién dicta cuándo sí y cuándo no? ¿Existirá una forma sana de estar o ser celoso?

Lo mismo pasa cuando decimos: "soy buena persona". Soy buena persona, ¿comparado con quién o con qué? ¿Qué conductas, acciones o reglas debe seguir alguien para encajar en el concepto de "buena persona"? ¿Quién juzga o por qué tiene alguien esa potestad para decidir si yo soy o no buena persona? Por ejemplo, ¿una buena persona se puede permitir haber sido cruel en un momento determinado con una persona determinada? Aquí yo diría que depende y no me equivocaría. Pero y si depende, ¿de qué depende? Porque está claro que casi todos compartimos unos estándares de ética y moralidad. O quizá según las regiones, las culturas, y las costumbres, se acepten unas cosas y se rechacen otras. ¿Quién me asegura que lo que yo veo como algo malo o algo bueno sea así? ¿Quién dice que lo que ve el de una región es verdad y lo mío es mentira y viceversa? ¿Quién dice que es así y no de otro modo? ¿Quién dice que el de otra región esté equivocado y yo no, o yo esté equivocada y él no? O quizá incluso los dos estemos equivocados. Para saberlo, quizá necesitemos un referente con el que compararnos. Porque sino, no tenemos cómo consultarlo porque cada persona es un mundo. Al final nos damos cuenta de que la verdad no existe si se convierte en algo relativo. La verdad es subjetiva, y hay una para cada uno de nosotros. Pero todas, o casi todas, únicas y a medida de sus dueños.

Otra de esas frases de Óscar, y se considera que es inherente a las buenas personas, es la que dice: "yo no odio". Y sabemos que todos en algún momento odiamos cosas, personas... Pero odiamos. A menudo, como pasa con los celos, queremos apartar de nosotros el odio. Pero al final es otra emoción humana más que refleja e identifica a una persona que nos ha hecho daño, o que nos cae mal por algún motivo... En fin, algo que nos causa rechazo. Sin embargo, yo lo veo como una herramienta que tenemos los seres humanos para protegernos. Esto pasa también con el olfato, por ejemplo. Cuando algo nos huele mal, es porque es dañino, está en mal estado, o es perjudicial. Y esto hace que no ingiramos cosas que pueden atentar contra nuestra salud. Esto pasa con el miedo y el odio también. Aunque, como siempre, dependiendo del contexto, hay cosas que hacemos mal movidos por el odio. Pero esto pasa porque no hemos sabido gestionar nuestro odio y lo hemos convertido en un arma de destrucción. Pero aún y todo, yo creo que el odio es necesario para nuestra supervivencia.

Yo relaciono la falsedad con el quedar bien. Porque, ¿quién no ha sonreído o saludado a alguien que le cae mal? Todos hemos sido "falsos" alguna vez en nuestras vidas cuando nos ha convenido. No digáis que no. Yo confieso que he llegado a saludar y a sonreír a esa profesora que me caía fatal e incluso he llegado a hacerle la pelota por un bien mayor, por beneficiarme con una buena nota. Todos tenemos prioridades y no hacemos siempre cosas buenas para lograr nuestros objetivos. Aunque esto puede ser bueno o malo, según. Si todo el mundo dijese todo lo que piensa sobre otras personas, nadie saldría vivo, crecería el odio y la destrucción. Hubiéramos usado el odio para provocar el caos.

Con lo cual, alguien no es el 100% de algo, ni el 100% de nada. Sí, algunos tenemos valores, es cierto, y también sentido de la ética y la moral, pero ninguno somos 100% sinceros, 100% buenas personas, etc. Así que no critiquemos tanto, no achaquemos en los demás cosas de las que nosotros también pecamos, por favor. Quien sea inocente que tire la primera piedra.







viernes, 14 de febrero de 2020

Frases de twitter

Frases de twitter






Buenas noches queridos bloggeros y twitteros. Esto que voy a publicar hoy lo escribí hace un mes más o menos. Estaba triste, me metí en mi twitter y empecé a leer frases que ponían palabras a lo abstracto de mis pensamientos. Así que decidí escribir algo sobre cada frase de twitter con la que me sentía identificada. Espero que os guste, que lo disfrutéis, que lo compartáis, que lo recitéis, que comentéis aquí y fuera de aquí lo que os ha parecido. A más ver, sed felices.

Quiero escribirte todas las frases de twitter que nos identifican:

Hoy es "un día de huellas imborrables". Aquí fuera todo está mal. Todo sale mal. ¿Sabes? Un día estás bien y al otro te dicen que existe la posibilidad de que una persona, que es un pilar fundamental sin el que no se sostienen tus cimientos, puede desaparecer de tu vida. Un día estás bien y al otro piensas que no te ha gustado algo que ves en ti en otra persona. Ves que tus miedos no son sólo tuyos y que hay personas que lo pasan igual de mal que tú cuando ves una película de miedo. Y cuando por fin dices : ¡BASTA YA! Y consigues lanzar un "ridículus", a la otra persona ya se la ha comido la araña gigante de ocho patas. Y como tú has estado en esa situación y lo has vivido, te das cuenta de que es él mismo el que tiene que atreverse a realizar el hechizo, y nada de lo que tú hagas o de lo que digas va a borrar su miedo de la pizarra. Y todo esto pasa en un puto día de mierda, que te deja una huella imborrable, algo, que recordarás para siempre.

Porque ahora, en este momento de mi vida, "eres un deseo que me quiero conceder". Esto es como si llevara toda la vida haciendo dieta y comiendo cosas que no me gustan, ni disfruto. Tú eres ese chocolate Valor que me como por las noches para darme un homenaje. Y siento que en el momento en el que te pruebe, no voy a poder parar, y entonces serás mío para toda la vida. Te voy a comer en el desayuno, en el almuerzo, en la comida, en la merienda y en la cena. Contigo voy a hacer algo que no he hecho nunca, las cinco comidas. Después de lo que ha llovido, de las tormentas, los huracanes, los tifones, los tsunamis, las inundaciones, los incendios, el granizo, la nieve y el vendaval... Después de todas las mierdas por las que he pasado, por fin tengo la oportunidad de ser feliz contigo, porque eres un deseo que me quiero conceder.

Si es que, "nadie hace bailar mi corazón mejor que tú". Llevaba mucho tiempo sin amar, sin sentir. Llevaba mucho tiempo sola, pero no es la soledad lo que me aterraba, porque hay momentos en la vida en los que una tiene que conocerse mejor a sí misma. En los que tiene que aprender a disfrutar de la soledad en su justa medida. Pero no es eso, es el vacío lo que aterra. De pronto un día notas que tu corazón está muerto, que ya no palpita con nadie, que no salta... Y llega un día en el que te das cuenta de que lo tienes, porque alguien como tú ha hecho que mi corazón vuelva a bailar como antes, aunque no de la misma manera, ahora baila como un bailarín profesional.

Hay una frase que me recuerda a ti, esa que dice: "a la gente le gusta ir a medias, y yo, si no es para ir con todo, no voy." Nosotros somos así, románticos, peculiares, y sobre todo, monógamos. Yo, igual que tú, no estoy hecha para las relaciones de follamigos. Nunca me ha gustado. Porque a nosotros lo que nos pone es el amor. Y el amor puede empotrar con más fuerza que un polvo esporádico sin sentido con cualquiera en un bar. Cuando lo haces con amor, también puede ser salvaje. Esto que hacemos nosotros es follar con la mente, es otro royo. Por eso no somos de medias tintas, y para dar un cacho, o lo damos todo no damos nada.

Esta es una "de esas veces en las que ya no tienes nada que perder, pero sigues perdiendo". Con todo lo que me ha pasado, me he confiado pensando que ya no podía perder nada más de lo que ya he perdido. Y me he dado cuenta de que he sido una desagradecida y de que lo tenía casi todo y sólo me faltabas tú.

Y esto me recuerda que: "deberíamos de sentirnos más orgullosos de las cosas que logramos". Yo, por ejemplo, logré gustarte sin proponérmelo, sin planearlo, sin esperarlo... Y tengo que considerarlo un logro, porque joder, eres una persona maravillosa que vale la pena de verdad. Y yo me siento orgullosa de haber logrado que te fijes en mí, de haber logrado gustarte por cómo soy, sin hacer méritos para conseguirlo. Aunque ya de por sí es un mérito que me valores a mí y todo lo que te gusta de mí.

Y claro, no te das cuenta de que "con tanto miedo a que te hagan daño, al final te haces daño tú por culpa del miedo." Habrá mil maneras y múltiples formas de decírtelo, pero debes ser tú quien se enfrente a su miedo. Y eres tú quien debe valorar cuántas cosas estás dispuesto a perder, por el miedo. Te adelanto que duele, porque yo lo he vivido y no metieron una segunda oportunidad. Pero yo en cambio, sí que te la voy a dar, porque te lo mereces y porque a mí me hubiera gustado que me la hubieran dado. Es cierto que te digo tantas veces que no te entiendo porque ahora veo lo fácil que es deshacerse del miedo y no concibo que no encuentres la puerta para salir en una habitación en la que sólo hay dos.

Tú me dices que: "quieres hablar conmigo pero no sabes si yo querré". ¿Cómo no voy a querer si por fin hemos descubierto cómo descifrar el Cubo de Rubick? Me he pasado toda la vida buscándote, y por fin te he encontrado, así que no te voy a soltar ahora que creo que puedo tenerte. Contigo por fin he podido encontrar la pieza del puzzle que faltaba, la que iba en medio y creía haber perdido para siempre. ¿Cómo no voy a querer hablar contigo, si contigo lo tengo todo? Además, ya sabes que me pasaría el día entero escuchándote hablar de cualquier cosa.

¿Sabes qué pasa? Que por desgracia en esta sociedad "lo fácil es follar y lo difícil es encontrar a una persona que merezca la pena". Sé que te gustaría tanto como a mí poder follar con cualquiera. Nos gustaría que nos diese morbo, que fuéramos capaces de hacerlo y disfrutarlo. Que fuéramos capaces de separar los sentimientos del sexo. Pero sabes bien que nosotros no somos así, y nunca lo vamos a ser por mucho que deseemos serlo. Después de hablar con 400 chicos, y encontrar a cinco que no están buscando sexo, me he dado cuenta de que esta sociedad se va a la mierda. Y tengo claro que en mi vida quiero personas como tú que piensen más con el corazón y menos con la polla. Gracias, por ser el que marca la diferencia.

A mí me pasa eso de que "a veces pensamos demasiado en cosas que no dependen de nosotros". Quiera o no, siempre me ha gustado tener controladas las situaciones (que no las personas). Y cuándo algo se escapa del alcance de mis manos, de alguna manera me crea cierta inseguridad y cierto miedo. Pienso que si te convenzo a lo mejor podemos quedar. Pienso que si a lo mejor te digo la palabra exacta, vendrás conmigo a tomar algo. Pero no, porque tengo que entender que por mucho que piense, por mucho que intente convencerte, no voy a poder. Porque las elecciones las tienen que hacer las personas en cuestión y yo no puedo elegir por ellas. Por eso te pido perdón si en algún momento te he presionado, no era mi intención. Así que no te voy a presionar más, te daré tu tiempo y tu espacio. Pero quiero que sepas que voy a estar aquí para lo que necesites. Y cuando creas que estás preparado, ya me dirás. No pienso estar con nadie que no seas tú. Si yo no me rindo, no te rindas tú, por favor.

"¿No os pasa que cuando ponéis interés en algo va todo mal y cuando pasáis va todo bien?" Pues a mí esto me ha pasado siempre. Cuando paso de alguien, tengo toda su atención, y es más, está detrás de mí. Y cuando por fin me gusta alguien y lo doy todo, o soy pesada, o no se puede, o sale mal... No tengo suerte en el amor, pero sí tuve suerte de toparme contigo.

Y digo, joder, "mantengamos el tonteo del principio para siempre", porque así estamos de puta madre. ¿No podemos estar siempre bien? Siendo jóvenes, estando pillados el uno del otro, hablando o estando juntos a todas horas, siendo ilusos, impacientes, estando nerviosos cada vez que nos vamos a ver... ¿Tú te das cuenta realmente de lo bonito que es esto? ¿Tú sabes cómo se emocionan dos ancianos recordando los nervios de esa primera vez en la que se conocieron? ¿Tú quieres perderte eso no teniendo nada que perder?

"Un día estuve al 100% para ti, y no supiste qué hacer con tanto." El día que decido dártelo todo como ponerme guapa para ti como nunca. El día que apuesto todo por ti para darte absolutamente todo de mí, no vienes. Y sí, se me van los nervios y se me deshace ese nudo incómodo en el estómago, pero también se me caen la ilusiones al suelo, y como una vajilla de porcelana, no sobreviven. Pero no te preocupes, he comprado otra nueva por si vienes a cenar algún día. En hora y media lo tengo todo preparado para que tengamos una velada estupenda, y créeme, no la olvidarás en tu vida.

Oye, "vámonos a un mirador y cuéntame todo sobre ti". Ahora que te veo, que te veo bien, quiero saberlo todo de ti. Me he dado cuenta de que ni siquiera sé qué clase de música te gusta, ni qué música detestas. No sé cuál es el libro que siempre quisiste leer y no pudiste. Quiero saber cuál es el lunar de tu cuerpo que más te define. Algo tan simple como si eres diestro o zurdo, aunque la mayoría de la gente sea diestra, quiero saber si eres o no la excepción, por más absurdo que parezca querer saberlo. Quiero saberlo todo. Mirarte y saber lo que estás pensando.

Ya sabes que "por la noche es cuando más me gusta hablar contigo". Cae la noche y me pongo a pensar en ti. En todas esas madrugadas hablando hasta las tantas sabiendo que sin remedio ya estaba enganchada a ti, incluso antes de darme cuenta. Esas noches en las que nunca era una buena hora para irse a dormir sabiendo que me estaba perdiendo segundos de minutos, y minutos de horas sin ti y sin hablar contigo.

Pero en verdad, "si yo fuese tú me comería la boca". Estoy segura de que no te ibas a arrepentir de besar mis labios de fresa. Si no has pensado mil veces en besarme desenfrenadamente, entonces no lo has pensado ninguna. Y que conste que me consta que sí. A veces es más importante y más placentero un beso, que follar. Porque yo te tengo ganas desde hace tiempo y no pienso morirme sin probar uno de tus besos y sin llevarte al edén con uno de los míos.

"Te vacilo, pero en verdad quiero comerte la boca". Me encantan nuestros piques, nuestro humor y nuestras risas. Aún tengo ese regalo que te dije, ese que parecía prometernos unas buenas carcajadas. Ese que prometía ser un momento de risa absoluta rompedora de hielos imposibles. Tranquilo, lo guardaré a buen recaudo para cuando estés listo para que nos veamos.

Y no te preocupes, "porque aunque tenga 100 delante, sigo buscando tu mirada". He hablado con muchos chicos, es cierto. Pero ahora no me apetece hablar con nadie que no seas tú. Te he prometido que nunca te voy a ser infiel, y lo voy a cumplir. Porque a parte de no tener ojos para nadie más, porque nunca lo he hecho y tampoco voy a hacerlo ahora. ¿Para qué? "Teniendo alguien con magia, ¿para qué quiero diez que sólo hagan trucos?

Sé que no le ves sentido a la fiesta, pero míralo desde los ojos de la gente desfasada. Para mí, "eres como mi canción favorita cuando suena una noche de fiesta". Ya sabes, escuchas tu canción a todo trapo, te olvidas de todo y empiezas a bailar como si no hubiera un mañana. Entonces en ese instante la gente se gira hacia ti, te mira, y ve que eres feliz. ¿Lo entiendes? ¿No? Pues sal un día conmigo a perrear y te lo explico.

Ya sabes, "quiero mimos que pasen a besos y que acaben en sexo." Yo nunca he podido vivir algo tan bonito como hacer el amor. Y me gustaría tener esa experiencia contigo. Volvernos expertos en amor, en sexo, en felicidad, en vida. Te he elegido a ti porque para ti hacerlo tiene un significado que la mayoría de la gente no le da, y eso a mí también me pasa. Lo reconozco, soy cursi, me gusta el romanticismo, y prefiero hacerlo en una cama llena de pétalos de rosas y champán con fresas que hacerlo encima de un millón de dólares. Pero lo mejor es que creo que contigo siempre va a ser más.

"Somos la generación que tiene miedo a enamorarse pero no a follar sin condón". Y nosotros somos esas dos especies en peligro de extinción. Los demás pensando en hacerlo a pelo y nosotros pensando que nos da miedo vernos y no gustarnos o que uno de los dos acabe con esto, cuando sabemos que no va a pasar y que habla por nosotros el miedo. Cuando hay gente que es capaz de quitarse la ropa con un desconocido en la primera cita. Ojalá esa valentía y esa falta de corazón y vergüenza.

Y ten claro que "si te cuento mis rayadas es porque confío en ti". Y que "me hubiera quedado todas las veces que me lo hubieras pedido". Porque ya te he dicho que estoy para ti, que quiero ser tu confidente, a quien le cuentes lo que te pasa, aunque sea por tener un oído que te escuche. Si estás mal, me gustaría ser yo quien te consuele, quien te ofrezcan hombro sobre el que llorar sin juzgarte.

Porque ten claro que "nadie te va a querer mejor que yo, así que hazte a la idea".