Buenas noches queridos bloggeros y twitteros. Sé que hace mucho tiempo que no me digno a pasar por aquí, pero tenía un texto escrito sin publicar desde San Valentín. Fijaos si hace tiempo, cuando escribo esto, estamos en Agosto. Hace seis meses que lo tenía escrito y aún no me había dignado a publicarlo. No sé cómo no se me cae la cara de la vergüenza.
Disculpas a parte, sabéis que siempre suelo contaros de dónde viene la inspiración de cada texto, y hoy no va a ser menos. Esto se me ocurrió porque hace un tiempo me metí en lo que ahora conocemos como el fenómeno "bookstagram", que para quien no lo sepa, es una parte de Instagram en la que se habla de libros. Y por si te lo estabas preguntando, sí, hay infuencers que influencian a otras personas para comprar libros. Como lo lees.
A lo que iba, estaba navegando por los mundos de bookstagram, cuando una bookstagrammer hizo una publicación de San Valentín donde hablaba de todos esos personajes masculinos de los que se había enamorado leyendo determinados libros. Y yo pensé: "Wow, esto es genial, hablar del amor que sentimos los lectores por los libros, por sus historias, y sobre todo por lo que sus personajes nos hacen sentir." Y de ahí, nació este texto, dedicado a este tipo especial de amor, el amor por la lectura. Ahí os va.
Hoy es San Valentín, ese día que tanto celebran los enamorados, y en el que se los felicita, incluso. Pero sólo a los que lo están felizmente, claro. Cuando ese amor es correspondido. Este día se enfoca más bien a las parejas, que por lo que se cree, son los únicos que tienen amor. O son dignos de que los feliciten. O al menos, eso dicen, eso se piensa. Yo, sin embargo creo, que el amor se manifiesta de muchas formas y maneras, y en muchos tipos de relaciones interpersonales, si de lo que estamos hablando, es de personas. Pero también existe amor hacia los objetos inanimados, por ejemplo. Y tú dirás: "¡Qué materalista!" Y yo te diré: No se puede concebir un mundo sin objetos, sin cosas. Hay cosas con tanto valor sentimental, que algunos seríamos capaces de morir por ellas. ¿De verdad te parece tan descabellado? ¿No te imaginas algo así? Está bien, te pongo un ejemplo: ¿Tirarías algo muy especial que perteneció a un familiar tuyo que falleció? ¿A que no? Y, ¿a que no por eso te consideras una persona materialista? ¿Entiendes ahora por qué te hablo del amor hacia los objetos? Perfecto, pues ya podemos continuar.
Y voy a empezar confesando algo que no es que digamos que es una tremenda confesión, pero bueno, y lo digo sobre todo, porque todas las personas que me conocen un poco bien, lo saben. Y esa famosa confesión tan obvia es que: soy una amante de la lectura. Amo los libros. Y hoy vengo a hablarte sobre mi amor por ellos.
Como persona que lee, y por tanto, que vive tantas vidas, que visita tantos lugares, sean inventados o reales, países, ciudades o mundos, que pueden o no existir en la realidad, pero que tienen cierta existencia en la mente de quien lee ese libro, o en mi caso, en mi mente, te diré, (aunque no lo creas, aunque seas de esas personas que no creen en el amor a primera vista, o que a duras penas creen en el amor) que yo me enamoro a veces de algunos personajes, y no sólo como amores platónicos, ni tampoco como futuros maridos o futuros novios, que también, sino con otro tipo de personaje. Con otros con los que simplemente me río por sus, imaginarias, pero de alguna forma existentes, ocurrencias. También con otros que simplemente me caen bien, porque me gusta su forma de ser, aunque no sean, en realidad. Otros que intentan de alguna forma, hacerme llorar, aunque muy pocos lo consiguen, por no decir ninguno. Colleeen Hoover, desde aquí te reto a que escribas un libro que me haga llorar. Hay otros incluso por los que me alegro cuando las cosas les salen bien, cuando la historia es favorable para ellos. Luego están los típicos a los que me gustaría darles unos cuantos consejos para que no se tuerzan en el camino. Otros con los que me enfado por haber tomado una mala decisión, porque no supieron valorar lo suficiente o fueron injustos con el otro, o incluso con aquellos que se dijeron cosas hirientes sólo por hacerse daño y punto. O con muchos otros que no supieron valorarse lo suficiente como a veces me pasa a mí, pero como ellos, no lo sé ver, o por lo menos, no lo veo desde dentro.
Y os tengo que confesar también que hay algo que me da mucha rabia, y es cuando muchas veces me han acusado de vivir a través de determinados objetos, como la tele o los libros. E incluso se atreven a acusarme de que no vivo la vida real. Me explico para que me entiendas: Hay muchas veces que se dicen cosas del tipo: "No te quedes encerrada en casa leyendo y vive la vida". O: "No llores con este programa, que no es real", o "no te enfades por lo que ves en la televisión"... Y yo me pregunto: ¿Y qué sabrán ellos lo que es vivir? Cada uno vive a su manera. Y cada uno disfruta de una cosa diferente. Y si no te perjudica a ti mismo o a los demás, disfruta de tu pasión. Porque te han mentido, sí, eso también es vivir, porque vivir significa también disfrutar, y eso son, al fin y al cabo, las pasiones, disfrute. Yo por ejemplo, cada vez que abro un libro y leo, siento que vivo mil vidas, que puedo ser mil personas distintas, que puedo leer los pensamientos de las personas que narran (aunque sean personajes), que siento mil cosas, muchas transmitidas por ellos, o por el mensaje que esconde ese libro. Y sin embargo, y pese a ellos, lo estoy viviendo, y lo vivo al máximo, te lo aseguro.
Además soy de las que creen que si una persona consume arte y no le provoca NADA, es porque no ha hecho su función, o quizás, simplemente, porque no se le puede llamar "arte". Y los libros, señores y señoras, son arte. SÍ LO DIGO. Y es por eso por lo que me hacen sentir cosas, ya sea para mal o para bien. ¿Qué gracia tendría sino leerlos? ¿Por qué sino vemos series y películas? Porque a parte de entretenernos, nos hacen sentir. Porque son ARTE, sí, señoras y señores, las películas y las series TAMBIÉN son arte. Y por eso en parte las consumimos. De hecho si te fijas, te hace pasar por múltiples estados según se va desarrollando la trama. Y es más, no sabes como el arte que consumes puede incluso cambiar tu día, como puede cambiarte la vida. Como la música, sin ir más lejos. ¿Por qué nos empeñamos en creer que la música cura y por el contrario las series, las películas o los libros no puedan hacerlo?
Porque aprender, lo que se dice aprender, se puede aprender con casi cualquier tipo de arte. Ahora no voy a dármelas de intelectual y a decir que sólo las mentes más brillantes y selectas pueden leer. No, puede leer todo el mundo, porque hay todo tipo de libros para todo tipo de lectores. Siempre digo: ¿Que te gusta el terror en las series o películas? Lee a Stephen King o los ocho mil escritores que escriben sobre terror. No vayas a leer romántica cuando es algo que no va contigo. Pero si que digo que, no sé si aumentará tu inteligencia leer, pero sí expandirá tu mente, te hará reflexionar, y algo de vocabulario seguro que aprendes, además de mejorar la ortografía. Pero tú de todo esto no te vas a enterar, solo vas a vivir una película o una serie, en tu mente, con tus propios escenarios y personajes, ligeramente guiados por la autora. Y aquí hablo de novelas, no de otro tipo de libros, que también hay.
Y aquí es a dónde yo quería llegar. A veces, cuando he pasado una buena tarde de lectura, mi abuela suele preguntarme: "¿Has aprendido algo?" Y la respuesta siempre debería de ser: "Sí, mucho." Aunque no sea como ella cree. Evidentemente no me estaba leyendo la teoría de la relatividad de Einstein. Pero ella no sabe lo que leo, creo que porque no se lo imagina. Y esto le pasa a mucha gente. Eso de pensar que leer es de intelectuales. Yo no leo libros de ciencias, ni de arquitectura, ni siquiera las instrucciones de Ikea para montar un mueble, total, todo el mundo sabe que están en sueco, y a mí, de momento, la lectura no me ha enseñado a hablar sueco. Porque ese tipo de cosas son las que se estudian, no se leen, y hay quien confunde estos términos. Sin embargo, sigo creyendo que no hay una novela que no te haya hecho aprender nada. Que no te haya dejado ningún recuerdo, ninguna huella, que no te haya dado una lección, pequeña o grande, pero lección al fin y al cabo. ¿Sabes? Me hubiera encantado que mi abuela hubiera podido disfrutar de la lectura como yo lo hago. Es mágico. Me hubiera gustado que en su época hubieran habido los avances que hay ahora, que hubiera tenido una buena enseñanza escolar, porque educación tiene un rato, aunque para lo que quiere, por desgracia aún hay cosas de nuestra nueva sociedad que no comprende, pero todo lo ha aprendido en la carrera de la vida. Me hubiera gustado que comprendiese lo que aprendo yo leyendo, y de qué manera. Como digo, pese a que no sean libros como tal para aprender, sino para disfrutar como quien ve una película o una serie, pero con los mejores personajes, creados como quieras tú o como a tu imaginación le dé por imaginarlos, porque eso, a veces, es inevitable. Pero si lo piensas bien, ese lujo, no puede permitírselo cualquiera. Casi nadie puede ver una película y que todo esté a su antojo y gusto personal. Como la producen la ves, y punto.
No te haces una idea de lo que se siente con la lectura si nunca has leído una novela, vale, sí, es una obviedad. Pero por eso, intento, en la medida de lo posible, recomendar libros, incitar a que los lean, que la gente que aún no se ha iniciado en la lectura, lo haga. Porque no saben lo que se pierden. Tú, si no lees, no sabes lo que te pierdes. Quizá el día de mañana lo agradezcan, incluso, yo lo hice, y si lees, tú también lo harás. No importa lo que leas, mientras leas: sean comics, revistas, libros, novelas gráficas, novelas románticas, de fantasía, distopía, retelling, terror, thriller, policiacas, de suspense, de ciencia ficción, históricas, épicas, de mitologías, de época, de autoayuda... En serio, ya paro, pero hay de todo.
Por eso hoy venía a hablar de mi amor por la lectura, lo veis, ¿no? Porque a todos nos inició alguien o algo. Y de hecho, hoy quisiera aprovechar, como he dicho antes, a agradecer una vez más a lo que me inició en la lectura y a quien me inició en la lectura y es a mi prima que me OBLIGÓ literalmente a leer Crepúsculo (no dejes de tomarme en serio por haber empezado con una novela gruesa que sea precisamente esta, si acaso culpa a mi prima). De todas formas digo esto porque hay muchos detractores, pero yo amé, AMO, y amaré Crepúsculo siempre. Y que no te quepa duda de que seguiré viendo las pelis un trillón de veces. Pero a ver, antes de leer Crepúsculo, ya leía. Pero leía libros infantiles. No me hagáis decir cuáles. Pero, si lo pienso bien, llevo leyendo toda la vida, lo que pasa que tan intenso como ahora, harán unos cuatro años o algo así. Pero claro, cuando mi prima me dijo en ese momento que me leyera Crepúsculo yo estaba reticente. Le decía todo lo que dicen los que nunca se han leído una novela de verdad (tengamos en cuenta que Amanecer, el último libro tiene como 800 páginas): "Esto no es para mí", "es muy largo, no me lo voy a poder terminar", "me va a aburrir", "no me voy a enterar de nada", "no me voy a concentrar", "yo no leo", "prefiero ver la película que leer el libro", "esto es de gente culta" blablabla. Si no eres lector, ¿a que alguna vez has puesto, al menos, alguna de estas excusas? Pues heme aquí. Yo también, y ahora es mi mejor pasatiempo.
Y sí, te lo voy a decir, por si no lo sabías, y por si aún no eres lector, estás equivocado en todo. A no ser que cojas un libro que te aburra, como te puede pasar con una serie. Por eso hay que informarse primero sobre de qué va el libro, aunque algunas sinopsis te hacen spoiler, pero quizá con una recomendación sin spoilers en bookstagram, te valga. Siempre acorde a tus gustos, recuerda. Y si piensas que el libro es muy largo y que van a pasar cien años y tú estarás aún en la página 100, te equivocas. Te lo bebes sin darte cuenta porque te atrapa. Igual que cuando pillas un fin de semana y te ves una serie del tirón. ¿Y sabes que has estado unas 20 horas viendo la tele un fin de semana? Pues en tres horas como mucho, según tu ritmo de lectura, te puedes leer perfectamente más de 100 páginas. Y puedes leerte un libro de 800 páginas igual que te pegas 7 horas al día con un videojuego. Es más, yo te ASEGURO que si das con un libro que te guste de verdad, por el género, la temática, la sinopsis y el royo, lo vas a terminar y vas a pensar: ¿En qué momento me he acabado este libro si no me he dado cuenta y ya estoy en el final?
Pero para leer, se necesitan unas pocas cosas más, o por lo menos, son las que a mí me van bien. Y son: 1) Tiempo (mínimo una hora, porque sino no te va a dar tiempo ni a leerte 30 páginas). En mi caso, 2) SILENCIO (por eso leo a la hora de la siesta, cuando más quietud hay) aunque hay gente en este mundillo con la habilidad de leer y tener de fondo una película o serie, aunque es más habitual leer con música. En mi caso, solía leer con música sin voz, y luego con el tiempo, con voz. Pero siempre que pueda, prefiero el silencio. Y también, 3) Paciencia (y no me vengas ahora diciendo que eres una persona que no tiene paciencia, porque todos la tenemos, y además, no es el tipo de paciencia que te imaginas. Es intentarlo y no desistir, y no boicotearte a ti mismo, porque SÍ puedes.) Y 4) Dinero. Es cierto que puedes ir a la biblioteca, pero ahí no vas a tener novedades, y tendrás clásicos, que si te gustan está genial, pero los libros de ahora, son una pasada. En caso de que no dispongas de mucho dinero para libros, y en contra de mi voluntad, te recomiendo que te compres un Eebook, un libro electrónico donde puedas descargarte libros. Hay alunas marcas que tienen la opción de descargar gratis. A mí, por otra parte, me gusta contactar con el libro, pasar las páginas, poner post-its, separadores chulos, anotar frases bonitas... Eso ya es cosa de cada uno. Ya no te deben de quedar excusas, espero. Y no, no te vas a arrepentir. Lo peor que te puede pasar es que el libro no te guste. Eso ya me ha pasado a mí siendo lectora oficial. No es lo normal, pero a veces pasa. Entre los lectores oficiales creo que TODOS tenemos un talón de Aquiles, y si quieres saber el mío, es: "Persona normal" o como se le conoce: "Normal people". Lo sufrí mucho y no me gustó nada. Pero bueno, por lo menos puedo decir que lo terminé. Hay gente que abandona libros. A mí me ha pasado pocas veces y ha sido porque eran antiguos y no entendía nada. Sino siempre intento acabármelos. También te digo, no por no gustarte un libro, va a dejar de gustarte un género entero, cuidado con eso. No asociemos mal. Simplemente, si el libro no te está gustando, prueba con otro que sea de tu gusto. De ese género o de otro, y sobre todo, y por si acaso es la pluma (la forma de escribir), cambia de autor. Siempre habrá libros que te gusten, y otros que no. Igual que autores. Yo, por suerte, me conozco, y casi todos los libros que me leo, me gustan. Y otros me encantan.
Y llegados a este punto, te adentrarías, por un momento, en mi mundo. En el mundo de muchos, en realidad. Somos más de lo que crees. Porque el mundo de los lectores es otro mundo apartado del de los no lectores. Y aquí nos adentramos en dos fenómenos muy importantes de las redes sociales relacionados con os libros y la lectura: bookstagram (como ya te comentaba) y booktok (el tiktok de los lectores). Que como te he explicado antes, es una especie de comunidad que compartimos lectores y escritores y todo lo que tenga que ver con ellos. A esto se le han sumado ventas de fundas para libros de muchos tipos, marcapáginas de todo tipo (incluso imantados y dibujados como los personajes de un libro), los funkos literarios, las velas literarias, los melts (que son una especie de cera de vela con formitas y olores distintos que se queman con un quemador, algo muy nuevo), también se venden láminas de personajes, de escenas del libro... Hay de todo. Incluso ediciones especiales de libros con el borde de las hojas dibujados o pintados de algún color y en tapa dura, coleccionables, incluso cajas literarias en las que meten un poco de todo esto, y papelería en general, que nos encanta. Por lo menos a mí. Hay de todo. Y bueno, los booktokers y los bookstagrammers vienen a ser nuestros influencers de confianza con respecto a los libros y todo esto que os acabo de mencionar.
Y bueno, ya te habrás imaginado que para nosotros entrar en una librería es como entrar en un parque de atracciones y que te llame a gritos el algodón de azúcar o el tren de la bruja. Por eso para nosotros no hay mejor regalo que libros y este tipo de cosas, llamémoslas productos literarios. Y que no falte tampoco los conciertos de nuestros cantantes favoritos, lo que son para nosotros las firmas de libros con los autores o autoras que nos encantan. Guiño guiño, codo codo a Elisabet Benavent.
Sé que nos rodean muchos estereotipos y es fácil caer en la tentación de pensar que leer es de "frikis" o de personas raritas y empollonas. Pero leer es para todo el mundo, sí, incluido para ti. Leer nos hace creer, crecer, amar, empatizar aún con quien menos te esperabas que lo harías, incluso nos ayuda a ser mejores y nos enseña demasiadas cosas vitales para la vida, valga la redundancia. Así que hoy, en el día de los enamorados, sólo quería transmitirte mi amor por la lectura, una vez más antes de terminar. Y lo hago con la esperanza de que tú algún día puedas sentirlo y vivirlo como yo lo siento y vivo, y lo sentiré y viviré toda la vida. Y es algo maravilloso. No vas a arrepentirte nunca de haber entrado en este mundo, ya lo verás. ATRÉVETE.
Y mientras tanto, si pudiera ayudarte a encontrar ese libro que te hará perder la cabeza, escríbeme al instagram, bueno, ya bookstagram para los amigos, mi cuenta es: Videnteheart. Y si me escribes, intentaré que llegues a amar la lectura tanto como yo, aunque es muy probable que ese día no sea San Valentín, porque como hoy es un día especial para mostrar el amor y compartirlo para que alguien más ame (la lectura en este caso), pues eso es justo lo que estoy haciendo.
Gracias a la lectura por darme tantos buenos momentos, libros, personajes increíbles y otros detestables, lugares mágicos en los que perderme sin miedo, por adentrarme en dimensiones que no existen, lugares idílicos, realidades paralelas, reivindicaciones importantes, mensajes, frases para enmarcar e infinitas cosas igual de increíbles. Gracias Lectura, gracias Libros, porque sois mi amor verdadero.