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Este es un blog de sentimientos, reflexiones, amor y de vidas pasadas sobre todo, ya que todo lo que escribimos en un momento determinado, se volverá pasado al fin y al cabo. Lo que las musas me susurran con su voz.

lunes, 29 de mayo de 2017

Los caminos artísticos

   Los caminos artísticos



Buenas tardes queridos bloggeros y twitteros, hoy vengo a hablar sobre los caminos artísticos. De hecho, hoy he visto un vídeo llamado "el tren de las felicidades" de un youtuber llamado Lytos, y la verdad es que me ha inspirado para escribir lo que viene a continuación. Este vídeo habla sobre "la esclavitud social masiva", habla de cumplir sueños, de no rendirse, de ir por más. Bastante apropiado para lo que yo estoy haciendo en estos momentos de mi vida, ya que voy a salir próximamente en una serie. Espero que disfrutéis leyéndolo tanto como yo escribiéndolo. Gracias por leerme.

Los caminos artísticos siempre han estado infravalorados, nos meten ideas en la cabeza desde que somos pequeños de que debemos hacer otras carreras, o estudiar otro tipo de cosas, para que los caminos artísticos no nos dejen desamparados. Ningún padre, a no ser que seas Mozart, te impulsa a seguir un camino artístico sin más apoyo que un sueño, sin más apoyo que una esperanza, que una ilusión. Ningún padre apoya a sus hijos para que sean cantantes, o para que sean bailarines, o para que sean actores, o para que sean escritores. Que en este caso son cuatro cosas que a mí me gustan, son cuatro caminos que yo seguiría a ciegas pero nadie puede proporcionarme la seguridad suficiente como para seguir el camino de mis sueños. Nadie puede proporcionarme la seguridad de que esos caminos salgan bien. Y los padres, por ser padres, quieren que busquemos un salvoconducto en el que apoyarnos, por si los caminos artísticos no salen como esperábamos. Cualquier escritor que conozcamos con premio nobel, no nació sabiendo escribir, no nació siendo un premio nobel de literatura. La vida está para enseñar, y nosotros para aprender de ella. El problema es que muchas veces, los padres no se toman esto en serio, y no nos proporcionan los medios necesarios para seguir aprendiendo algo, por si se nos meten demasiados pajaritos en la cabeza, y nos lanzamos a por un camino artístico sin pestañear.

Si yo me parase a pensar qué es lo que me haría feliz para toda la vida, lo tendría muy claro. Me gustaría trabajar en una editorial rodeada de libros, me gustaría ser escritora y poder publicarme mis propios libros, me gustaría ser actriz, cantar en series o películas y dedicarme a ello, pese a que mi cara acabe saliendo en las revistas. El problema del mundo artístico, también es la fama. A mí me gustaría dedicarme a todo lo anteriormente mencionado, porque es algo que me llena, me apasiona y me hace feliz. No lo haría por ser famosa, sino por toda la satisfacción que puede proporcionarme. Aquí vienen las pegas, la fama implica que investiguen tu vida, tu pasado, tu futuro, tu presente, pero sobre todo los errores que has cometido a lo largo de la vida. Porque todos sabemos que lo que intentan vender es el morbo, todo lo malo que pueda salir de ti, y es a lo que te expones cuando tu cara aparece en televisión, y esta vez con diálogos. Pero luego me paro a pensar y digo "joder, la vida es una, vívela y deja vivir", y que grandioso sería si todo el mundo pensase igual, en vez de vivir la vida a través de tus desgracias.

Yo no quiero seguir otros caminos, no quiero obligarme a hacer cosas que no me gustan sólo porque no son caminos artísticos, sólo porque son salvoconductos por si me deja colgada el arte. Me gustaría sortear todos los caminos posibles hasta llegar a cumplir mis metas, mis sueños, mis aspiraciones, con todo lo que ello implique. A veces, cuando veo algún programa en la televisión, y veo a la gente llorar, a las familias abrazarse y las frases que dicen siempre repetidas año tras año, lo que veo realmente es la pasión, es jugársela por un sueño que sabes que no tiene porqué salir cómo esperas. Cuando lo veo, en programas de cantar, o en programas de talento, o de inteligencia, siempre tengo ganas de apuntarme a todos, sólo por experimentar una cuarta parte de lo que sienten todos esos participantes que se emocionan al ver que sus sueños, por fin les están dando los frutos que esperan. Pero luego hay alguien que dice vivir en la realidad, y me baja de un plumazo, y yo pienso, ¿acaso no es real un camino artístico? Lo malo es que desgraciadamente en el mundo que vivimos se valora más ser futbolista y astronauta. Se valora ser futbolista por ejemplo porque es un camino que no es artístico, porque cuatro imbéciles dando patadas a un balón se llevan una grandísima parte del dinero de un estado, cuando hay miles de deportes más arriesgados, y más bellos a los que no se les da ni un segundo de protagonismo, y aquí, lo que siempre ha importado señores, es el dinero. Apostamos por lo que el mundo apuesta, y dejamos de lado cualquier arte que esté fuera de lo socialmente aceptado. Entonces da igual lo bueno que seas, lo mucho que te la juegues por un sueño, lo que rechaces por seguir tu camino artístico, porque siempre vendrá alguien que diga estar pisando tierra, cuando la tierra que pisa es sucia. Vivimos en un mundo en el que los libros están desapareciendo porque la gente se los descarga de internet, o se compran un ebook, vivimos en un mundo en el que se premia más por hacer la tarea que por leerse un libro. Vivimos en un mundo en el que se prefieren juguetes electrónicos antes que el olor a buen libro, a revista, a tangible, a tacto. Es por esto por lo que nadie impulsa a sus hijos a perseguir determinados sueños, por muy buenos que sean. Como escribir si después no tiene el futuro que esperamos, porque en esta sociedad no se puede apostar por nada que no esté normalmente socializado, por algo que no esté integrado en la sociedad. 

Hoy vengo a rebelarme, a deciros que no importa lo que os digan, que los sueños se cumplen siempre y cuando hagamos algo por cumplirlos, que todos nos pueden decir qué hacer, pero nadie puede hacerlo por nosotros. Apostemos por el arte, apostemos porque nos importe una mierda el qué dirán. 

Apostemos por nosotros, por los libros, por los escritores amateurs a los que no les pagan un cursillo de taller de escritura. Apostemos, incluso viviendo en un país en el que la carrera de "escritura artística" no existe. Apostemos por el cine, el teatro, las series, la figuración, y cualquier proyecto que se nos presente para seguir el camino de actrices, o actores, porque es algo que nos apasiona y nos llena de felicidad. Apostemos por ser alguien en la vida, pero el alguien que queramos ser, no el que los demás quieren que seamos. Apostemos por los sueños aparentemente imposibles. Apostemos por ser cantantes si todos los días de nuestra vida cantamos una canción, y nosotros mismos aprendemos a escucharnos y corregirnos, como hago yo. Apostemos por vivir rodeados de libros si es que eso es lo que nos apasiona. Apostemos por nosotros, aunque los demás no den un duro por nuestros sueños. Apostemos por la gente que dice que valemos, y a las que les demostramos cada día hasta qué punto no se equivocan. Apostemos por escribir y reescribir algo hasta que nos quedemos satisfechos con lo que hemos escrito. Apostemos por tener en el punto de mira nuestros sueños, los caminos artísticos, apostemos por nosotros, aunque nadie se atreva a apostar.

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