Revuelto de emociones
Buenos días bloggeros y twitteros. Hoy vengo a hablaros sobre emociones. Hace poco leí un cuento de Jorge Bucay que hablaba sobre las emociones, la rabia, la tristeza, el amor, el miedo y demás. A raíz de leerlo se me ocurrió esto que vais a leer hoy. Espero que lo disfrutéis y gracias a todos los que me leéis. Comentadme si podéis qué os ha parecido.
Hoy he preparado un revuelto de emociones, y me he chocado contra la cruda realidad. He llegado a pensar que lo que he cocinado está crudo, que no sé cocinar. Me he pasado horas en la cocina preparando algo que está malo y que no me voy a comer. En el momento en el que me puse hacerlo sabía que iba a acabar en la basura, así que no sé por qué empleo tanto esfuerzo en intentar hacer algo que no sé hacer. Como cuando intentas escribir un libro y acabas escribiendo un final penoso que no vende. Pero así es la vida. Supongo que muchas personas pueden advertirnos de que va a salir mal una cosa que desde el principio estaba abocada al fracaso. Sin embargo, ¿quién es capaz de quitarnos la ilusión de intentar hacer algo cuando cabe la remota posibilidad de que salga bien? Nadie. Porque aunque nos adviertan nadie es capaz de matar esa pequeña esperanza. Siempre vamos a creer que tenemos el poder de que algo salga bien. Y nadie nos culpa de ello, si al final uno sólo aprende a base de ostias, y hasta que no lo comprobamos por nosotros mismos no dejamos de hacer intentos en vano.
¿Qué se hace cuando uno está vacío y nada lo sacia, y nada lo llena? Bien, pues intentar llenarlo con cosas superfluas para dar una falsa sensación de que ese vacío está lleno. Para sentir que has hecho algo para dejar de sentirte así. Entonces llenas ese vacío con relaciones que tal vez ni siquiera te interesen realmente. Lo llenas con actividades para ocupar tu tiempo. Lo llenas con series y cualquier tipo de entretenimiento. Y también lo llenas con falso amor para que no se te oprima más el pecho.
Entonces no sabes qué más hacer para dejar de sentirte así, no sabes cuántos más abrazos, canciones, bailes y libros te faltan para llenar ese vacío. Entonces viene Ansiedad para acompañarte en tu soledad, y te dice que todo está bien, que hay muchas cosas para llenar ese vacío que te sienta mal. Y estúpida de ti le crees porque piensas que ella es la única que no te abandona. Que ella te conoce mejor que tú misma y está contigo cada día. Entonces confías en ella, y te das cuenta de que se te está pegando como una lapa venenosa que no te deja respirar. Y para cuando quieres deshacerte de ella, a pesar de que se haya convertido en tu mejor amiga y lleves conociéndola tantos años como ella a ti, ya no sabes vivir sin ella, porque dependes de su compañía. Ya no sabes cómo hacerlo y te sientes perdida, sin escapatoria de sus largos brazos que como tentáculos te arropan con su manto. Entonces gritas porque quieres escapar de su agonía y no sabes cómo hacerlo. -Ya es demasiado tarde- susurra en tu oído -ahora somos inseparables, ya eres mía-.
Después buscas la ayuda de personas en su mayoría tóxicas que llegan a tu vida o ya estaban en ella. Y te preguntas qué estás haciendo, o si existen personas buenas que te quieren con todos tus defectos y diferencias. Entonces Ansiedad te susurra en el oído -todas las personas son iguales, yo soy la única que te quiere como eres-. Y vuelves al principio de todo, le das la mano a Ansiedad que ya te presentó a su hermana Soledad y como no sabes qué hacer vuelves a estar en su compañía y te vas con ellas porque te llevan a ninguna parte para siempre.
Luego viene Dolor prometiéndote que va a hacerte sentir por fin. Sentir algo que nadie más te ha hecho sentir. Y como piensas que es algo bueno porque te lo susurra Esperanza, le crees. Entonces sientes algo malo dentro que te destroza eso que bombea a lo que llaman corazón y necesitas una anestesia que nunca llega. Y así conociste a Amor, la mejor anestesia de todas, y la que logró por fin llenar el vacío... con su amor.
Buenos días bloggeros y twitteros. Hoy vengo a hablaros sobre emociones. Hace poco leí un cuento de Jorge Bucay que hablaba sobre las emociones, la rabia, la tristeza, el amor, el miedo y demás. A raíz de leerlo se me ocurrió esto que vais a leer hoy. Espero que lo disfrutéis y gracias a todos los que me leéis. Comentadme si podéis qué os ha parecido.
Hoy he preparado un revuelto de emociones, y me he chocado contra la cruda realidad. He llegado a pensar que lo que he cocinado está crudo, que no sé cocinar. Me he pasado horas en la cocina preparando algo que está malo y que no me voy a comer. En el momento en el que me puse hacerlo sabía que iba a acabar en la basura, así que no sé por qué empleo tanto esfuerzo en intentar hacer algo que no sé hacer. Como cuando intentas escribir un libro y acabas escribiendo un final penoso que no vende. Pero así es la vida. Supongo que muchas personas pueden advertirnos de que va a salir mal una cosa que desde el principio estaba abocada al fracaso. Sin embargo, ¿quién es capaz de quitarnos la ilusión de intentar hacer algo cuando cabe la remota posibilidad de que salga bien? Nadie. Porque aunque nos adviertan nadie es capaz de matar esa pequeña esperanza. Siempre vamos a creer que tenemos el poder de que algo salga bien. Y nadie nos culpa de ello, si al final uno sólo aprende a base de ostias, y hasta que no lo comprobamos por nosotros mismos no dejamos de hacer intentos en vano.
¿Qué se hace cuando uno está vacío y nada lo sacia, y nada lo llena? Bien, pues intentar llenarlo con cosas superfluas para dar una falsa sensación de que ese vacío está lleno. Para sentir que has hecho algo para dejar de sentirte así. Entonces llenas ese vacío con relaciones que tal vez ni siquiera te interesen realmente. Lo llenas con actividades para ocupar tu tiempo. Lo llenas con series y cualquier tipo de entretenimiento. Y también lo llenas con falso amor para que no se te oprima más el pecho.
Entonces no sabes qué más hacer para dejar de sentirte así, no sabes cuántos más abrazos, canciones, bailes y libros te faltan para llenar ese vacío. Entonces viene Ansiedad para acompañarte en tu soledad, y te dice que todo está bien, que hay muchas cosas para llenar ese vacío que te sienta mal. Y estúpida de ti le crees porque piensas que ella es la única que no te abandona. Que ella te conoce mejor que tú misma y está contigo cada día. Entonces confías en ella, y te das cuenta de que se te está pegando como una lapa venenosa que no te deja respirar. Y para cuando quieres deshacerte de ella, a pesar de que se haya convertido en tu mejor amiga y lleves conociéndola tantos años como ella a ti, ya no sabes vivir sin ella, porque dependes de su compañía. Ya no sabes cómo hacerlo y te sientes perdida, sin escapatoria de sus largos brazos que como tentáculos te arropan con su manto. Entonces gritas porque quieres escapar de su agonía y no sabes cómo hacerlo. -Ya es demasiado tarde- susurra en tu oído -ahora somos inseparables, ya eres mía-.
Después buscas la ayuda de personas en su mayoría tóxicas que llegan a tu vida o ya estaban en ella. Y te preguntas qué estás haciendo, o si existen personas buenas que te quieren con todos tus defectos y diferencias. Entonces Ansiedad te susurra en el oído -todas las personas son iguales, yo soy la única que te quiere como eres-. Y vuelves al principio de todo, le das la mano a Ansiedad que ya te presentó a su hermana Soledad y como no sabes qué hacer vuelves a estar en su compañía y te vas con ellas porque te llevan a ninguna parte para siempre.
Luego viene Dolor prometiéndote que va a hacerte sentir por fin. Sentir algo que nadie más te ha hecho sentir. Y como piensas que es algo bueno porque te lo susurra Esperanza, le crees. Entonces sientes algo malo dentro que te destroza eso que bombea a lo que llaman corazón y necesitas una anestesia que nunca llega. Y así conociste a Amor, la mejor anestesia de todas, y la que logró por fin llenar el vacío... con su amor.
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