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Este es un blog de sentimientos, reflexiones, amor y de vidas pasadas sobre todo, ya que todo lo que escribimos en un momento determinado, se volverá pasado al fin y al cabo. Lo que las musas me susurran con su voz.

jueves, 20 de junio de 2013

El final del camino todavía no ha llegado

El final del camino todavía no ha llegado


Una vez más, se unen catastróficas desdichas (como diría H0lynaight) a nuestras vidas.

Pienso en todas las veces que una de mis profesoras favoritas (de la que voy a hablaros hoy) nos ha dicho “tempus fugit”. Y pienso ahora en como no se ha dado cuenta del poder de sus palabras. Como en un segundo te dicen que muy pronto podría llegar el final de tu vida. Cosa que no esperabas oír hasta los 70 por lo menos. Y por ello, pienso la verdad y el mensaje oculto de esa frase latina, que de lo que nos avisaba es de que a medida que pasa el tiempo, también pasa para nuestro organismo, piel; para todos nosotros. Y con ello nos dice, que el final de nuestros días se acerca en cada centímetro de altura, en cada año de edad, en cada paso hacia adelante en nuestras vidas. Pero al decirla, o simplemente al avanzar en un escalón hacia nuestra vida, hacia encontrar nuestro crecimiento moral y humano, no nos damos cuenta de lo que conlleva crecer.

A mí, hoy me han avisado de que a una de mis profesoras favoritas le han diagnosticado cáncer. Y he de admitir que estoy muy apenada, pero solo lo estoy por lo mal que seguramente lo tenga que pasar con la quimio. Pero a la vez estoy contenta, porque aunque a mí a veces (la mayoría) se me caiga el mundo encima, yo sé que hay muchas semillas de esperanza encargadas a mi nombre, y esperando para depositarlas en gente que realmente las necesite. Y aunque parezca que yo a veces no tengo esperanza, cuando se me acaba la sustituyo por fe. Y cuando a alguien se le acaban y a mi me sobran semillas de esperanza, las reparto, y les doy palabras alentadoras que sé que les gustará escuchar. Y por si ellos no creen en sí mismos, ya estoy aquí para creer yo por ellos.

Por eso, en ocasiones anteriores, como el escrito que hice de la esperanza, digo que estamos día a día miles de personas discutiendo por problemas insignificantes. Sin tener en cuenta la cantidad de personas que hay con miles de problemas mucho más graves como este. Y a veces es un poco egoísta enfadarte con alguien que no te hizo caso, que no te pidió disculpas o simplemente que no te preguntó qué tal estabas.
Pero de todas formas, esto es algo de lo que debemos aprender. Que la vida no es un juego, y tampoco es de color rosa. Y que incidentes y cosas como esta pasarán a diario y en miles de países. Pero como dije en el escrito de la esperanza. Aún con todas las desgracias que puede haber en este mundo, nos regalaron la esperanza, para poder luchar contra ellos y hacerles frente. Por eso confío en que todo saldrá bien y podremos volver a verla sana y salva.

Y cuando lo haga, espero poder estar ahí para decirle a mi profesora Camino; “El final del camino todavía no ha llegado”.

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