Escuela de artes y oficios
Yo al principio pensaba que no encajaba en este lugar que hoy por hoy amo. Todos sabían y saben dibujar estupendamente, y las cosas de técnico las hacían sin problemas, la arcilla, la escayola, todo. Yo nunca he sabido dibujar como ninguno de ellos, y tampoco tengo la esperanza de que un milagro me inunde de dotes artísticas. Pero hasta hace poco no me di cuenta, de que también hay gente que escribe igual que yo, y que piensa de una manera diferente al resto. Pero a diferencia de otras escuelas, en esta no se juzga a nadie por decir lo que piensas, ni por no ser igual al resto. He de decir que me encanta este sitio, porque no me tengo que preocupar de lo que suelto en alto (ya que siempre suelo decir lo que pienso sin tapujos). Tampoco me tengo que preocupar de como vista, o de lo que me compre para vestirme, de como me pinte o de como me ponga el pelo. Porque en esta Escuela puedo ser lo que yo haya elegido ser sin preocuparme de nada más que de mí.
Al estar mucho en un sitio llegas a pensar que fuera de ese sitio no hay nada más que más de lo mismo. Todo el mundo es igual, todos visten igual, todos piensan igual y todos critican lo mismo. Sin embargo, lo bueno de artes, es que no importa cuanto de igual tengas a las demás personas. Porque todos nosotros somos diferentes. Aunque tengamos una cosa en común, la pasión por el arte. Eso es lo único que nos une. Somos igualmente y a la vez distintamente raros los unos de los otros, y nos gusta. Porque nunca te vas a encontrar a una persona igual que otra. Por lo que es más interesante conocer a alguien nuevo dentro de esta escuela.
En lo que llevamos de curso he aprendido muchas valiosísimas lecciones, me han enseñado que nunca es suficiente todo lo que ames. Y que los abrazos no bastan para saciar un corazón vacío. Yo siempre he sido de estas chicas que no les gusta dar todo el día abrazos, ni besos y esas cosas. Pero que por otra parte, con mis novios he sido muy cariñosa. En esta escuela, he aprendido que todas las personas no son iguales, y que en el lugar de donde vengo, no encajaba ni por asomo, comparado con como encajo aquí.
Siempre me daba cuenta de que las personas con las que suele quedar la gente, que no son de su colegio, son totalmente distintas con el rollo que se cuece dentro del colegio (el anterior al que iba). Y ahora me doy cuenta, de que toda esa gente diferente, es esa gente a la que le da igual mostrar como son realmente, les da igual que sepan quienes son, porque son ellos mismos, como todos debieran ser.
Jamás pensé, que cuando entrara en artes iba a hacer tan buenas migas con la gente. Que me iban a caer tan sumamente bien como me caen, que iba a tener amigos de esos con los que te vas de juerga, sin importarte nada lo más mínimo. Solo pasártelo bien y disfrutar.
Antes era una persona que se encerraba en sí misma, por diversos acontecimientos que mis lectores habituales ya sabéis. Y ahora soy yo de nuevo, la vida me ha sonreído y yo le he devuelto la sonrisa. Por fin he encontrado a gente que merezca la pena, con la que me encanta estar y no cambiaría por nada del mundo. Y por eso tengo para agradecerles toda una vida. Gracias escuela de artes, pero sobre todo, gracias familia henial.
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