La mente y el corazón.
Esto, me ha llevado a la conclusión, de que curiosamente, cuando amamos a alguien, suele ser la persona que menos nos conviene. Alguien que nos ha hecho sufrir, alguien que no nos quiere, alguien al que amarás sobre todas las cosas, y por encima de ellas. Pero que sabes, que jamás podrás ser feliz a su lado. Aunque no puedas amar a nadie más que a esa persona, ni tampoco de la misma manera.
Por eso hay veces que nuestro corazón y nuestra mente se dividen para actuar por separado. La mente nos dice que no podemos estar con una persona que nos da tantos problemas, aunque nos haga feliz. Y nuestro corazón nos dice, que jamás encontraremos a una persona como esa, y que jamás amaremos a nadie como a esa persona.
Es sólo, que a veces no podemos hacer caso a dos cosas que se contradicen, y tenemos que optar por la que más nos convenga. Es ahí donde interviene la mente para dejar a un lado los sentimientos.
Me parece muy noble que alguien renuncie a su propia felicidad por la felicidad de quien ama. También me parece admirable, pero con el tiempo, te das cuenta de que arriesgar tu felicidad por algo que no merece la pena solo sirve para tener angustia, y muchas desilusiones. Y por ello, hay veces que la mente es la más sabia consejera, aunque no sea siempre ni lo que quieras hacer, y tal vez, ni lo que quieras escuchar. Pero es ley de vida, porque no podemos quedarnos estancados en el pasado, vendándonos los ojos hacia el presente. Por eso os pido que hagáis algo por mí, que por su puesto yo también haré, sed felices, por encima de cualquier cosa.
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