Tema 4) El presente en el que vivimos
Lo que sí es cierto que el amor anda en estos últimos años muy infravalorado, ahora todo lo sentimental lo usamos como si fuese cualquier trapo sucio que podríamos tirar a los pies de cualquiera. Los “te quiero” son un “hola” en nuestra generación, un beso es como una caricia, sin sentimiento, como cualquier cosa que hagas a menudo. Ahora no hay “sexo por despecho” o por cualquier otra cosa, ahora solo hay “sexo sin compromiso” y “hacer el amor”. Es todo lo que nuestra sociedad puede darnos. Un mundo sin compromisos, en los que todo da igual y no se valoran los sentimientos de una persona.
Las canciones no hablan sobre como conquistar a una mujer, sino de como se “agacha”. Ya sabéis a qué me refiero la famosa canción de “agáchate”. Y muchas otras pegadizas y comerciales de las que no te das cuenta de su verdadero significado, y eso que las escuchamos a menudo en las discotecas o bares a todo volumen. No os voy a mentir, yo también soy de las típicas chicas que la escuchan y la empiezan a cantar. El ritmo, la canción, es pegadiza, pero soez.
Antes los chicos no decían groserías delante de una chica, es más, hacerlo era una muestra no solo de descortesía sino una muestra de que el que lo dice es un gañán o garrulo sin escrúpulos y sin pizca de respeto. Yo también digo a veces palabras malsonantes que tal vez no debería de decir, solo sigo la corriente del río que lleva mi sociedad. Aunque sigo manteniendo mis formas, y sigo pensando que las cosas se pueden decir de mil maneras.
Hay personas que seguimos esperando la relación perfecta con nuestro príncipe azul, no esperamos a que llegue alguien que nos plante un beso y estar a rollos, solo porque le atraes físicamente a una persona. Claro que estar a rollos no es nada malo, siempre y cuando vayan emanando sentimientos y no sea por pasar el rato con alguien.
La sociedad evoluciona, y el cambio no es malo, pero tampoco es siempre bueno. Yo sigo esperando que alguien el día de San Valentín me regale rosas y tallemos en un árbol nuestro amor eterno. Pero por desgracia, la sociedad no comparte mis pensamientos, y tal vez nunca llegue a hacerlo. Pero el día que las mujeres de esta generación empiecen a sentirse realmente infravaloradas, y sin una pizca de amor que coger de alguien que ya no lo necesita (porque ha aprendido a vivir sin él), entonces empezarán a pensar como yo. Que somos personas, con respeto y sentimientos que necesitamos ser valorados en nuestra vida.
Pero al fin y al cabo, lo único que nos queda a los amantes del mundo, es valorar los detalles, como dice Maldita Nerea “la vida crece entre los matices”. Espero que este presente turbio no os influya en personalidad, en decir “te quiero” como “hola” y “agacharos” para cosas innecesarias. -Tema propuesto por David Cueva-
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