Descripción

Este es un blog de sentimientos, reflexiones, amor y de vidas pasadas sobre todo, ya que todo lo que escribimos en un momento determinado, se volverá pasado al fin y al cabo. Lo que las musas me susurran con su voz.

jueves, 20 de junio de 2013

En un mar de calma

En un mar de calma


Buenos medio-días twitteros y bloggeros, hoy estoy aquí porque necesito esos días tranquilos en casa escribiendo lo que me salga del corazón, que hace tiempo que no lo hago. Así que allá voy.

La lluvia y la nieve a principios de Febrero en un lugar de Navarra al que llamaban “Pamplona”, se calaba en los huesos del que paseaba por sus calles entre sus brisas heladoras. Sólo se veían cientos de peatones cruzando las calles en silencio; debido a que no podían girar su cabeza debido a que sería inútil ver a la otra persona que estaba justo a su lado hablándole por la capucha. Debido a que sus gargantas estaban tan congeladas porque se habían dejado aquella bufanda encima de la mesa del recibidor y se habían olvidado de ponérsela. Debido a que quizá ninguno tengamos nada que decir en estas fechas.

Se acerca el temido San Valentín, esas cenas románticas, paseos a la luz de la luna en el único día de Febrero en el que resplandece el sol vestido de felicidad. Todo son sonrisas por la calle, porque las caras tristes están en su casa con una manta, un moño mal hecho y viendo una película solas acompañadas de un gran helado. Sé que todos lo veis así, al igual que yo. Lo único que quiero es olvidarle aunque me toque cambiar, haré lo necesario para olvidarle.

Es así, llega un momento en la vida en el que ya has pasado esa etapa medianamente feliz y ahora te toca la racha mala, sufriendo por amor como ya estabas acostumbrada. Toda esa esperanza que creías tener cuando estabas radiante, sonriendo, pensabas que jamás se acabaría. Pero sólo hay que darle tiempo al tiempo para que haga su trabajo. No hay suficiente felicidad en el mundo para todos, así que alternan con la tristeza.

Yo ya no sé qué es estar sin él, así que mi cara triste está en su casa encerrada, soñando que viene a mí, a buscarme. A veces pienso que todo esto fue en vano, nunca fue nada realmente, sólo fueron imaginaciones mías. Yo me aferraba a todo tipo de esperanza, porque así es como aprendí a sobrevivir en este mundo cuando ya no me quedaba nada. Pero ahora veo que eso para lo único que sirve es para acabar ilusionada, con el corazón partido, como antes estuve.

Sé que no os gustan mis entradas tristes, pero os juro que si por mi fuera ahora mismo estaría bailando, saltando, como siempre he hecho. Siempre me he reído de los problemas en su cara, pero llega un momento en el que reconoces lo que te pasa, que te das cuenta de que lo único que hacías riéndote de ellos era negarlo inconscientemente. Y por ello, ahora que me doy cuenta de que de todo esto ya no me sale reírme, me he dado cuenta de que por mucho que esquives el problema siempre estará ahí, esperando a alguien que pueda resolverlo.

Y no sé, ya sólo me queda esperar, ser paciente, vivir mi vida y hacerla mía, lejos de él y todo lo que he sentido en un mar de calma.

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