Hoy

Hoy.

Hoy es un día más a lo largo de mi vida, y todo lo que me queda por vivir, juro que quiero ser optimista, y quiero levantarme con la pierna derecha y decir, “hoy es un nuevo día”,” hoy soy una nueva yo”, “hoy voy a ser feliz por mí, porque me lo merezco, por ellos, aquellas personas que han estado ahí tanto en momentos malos como en buenos”.

Pero es que a veces pienso que nada sale bien, que no puedo seguir, que cada día que pasa más pesa el dolor en mis hombros, más infeliz soy y menos ganas tengo de vivir, no me gusta pensar así, porque yo siempre fui una persona alegre, que le dio la espalda a los problemas de la vida, y que se rió a carcajadas de ella, que nadie podía conmigo, que mi coraza era indestructible, que yo era una persona optimista y sobre todo alegre.

La vida, tiene un valor, y está claro que es mejor vivir la vida, incluso con las consecuencias que ello conlleve, y lo mal que lo pasas en ese periodo de tiempo. Porque siempre dicen que las cosas buenas compensan las malas. Puede que mi vida no esté bien, pero aunque quiero no puedo cambiarlo, lo intento, y lo seguiré intentando día día. Pero cada vez que me levanto y digo “hoy voy a ser feliz”, se posa un nubarrón sobre mi cabeza y me empieza a llover encima, cuando creo que se atisba un resquicio de felicidad viene alguna mala noticia que lo estropea.

Por eso, tengo miedo, tengo miedo de ser feliz, de tener esperanzas de que la vez siguiente será diferente, de saber que si digo que soy feliz lo seré para siempre y que luego no pase. Tengo miedo de fracasar, y de poner todo mi empeño para que luego nada salga bien.

Vale, puedo tragar muchas cosas; que a un amigo se lo lleven a un internado, tener amigos bulímicos, anoréxicos, depresivos, etc. Pero pensar que he encontrado a mi media naranja y que nunca vamos a poder estar juntos me parte el eje. Pensar que por mucho que en dos años me pueda ir a vivir con él y que él no quiera, me mata. Yo no me imagino mi vida sin él. Y realmente fui fuerte, siempre lo fui, pero cuando lo conocí me rompió los esquemas. Cuando está todo bien entre los dos soy la chica más feliz del mundo con todo lo que me pase. Ahora, cuando no estamos bien, no soy persona.

A veces me pregunto porqué tuve que conocerle, porqué todo es tan difícil, porqué es tan perfecto y no puedo tenerle. Tal vez me gusten los imposibles, pero no es un capricho, porque si lo fuera no le pondría tanto empeño. Estoy harta de amar, estoy harta de no poder tener lo que quiero al instante, y no sé que haré mañana, pero hoy me rindo.

Sin él, nunca podré ser feliz.