Triste por un adiós que no quiere irse

Triste por un adiós que no quiere irse.

Hay siempre un sentimiento muerto en un corazón roto, como dice una canción de mi ídolo, Porta. Y he de decir que es totalmente cierto, hoy es una de esas veces que entro en mis cavilaciones y me pongo a plantearme cosas y a darle vueltas a todo, buscando respuestas, intentando responder aquellos porqués que me atormentan.

En ello, he llegado a la conclusión que realmente estoy enamorada de mi amor por él, y no de lo que realmente siento, sino de no querer abandonar lo que sentía cuando hablaba con él, cuando no me contestaba o simplemente cuando me decía cosas bonitas, cuando me cabreaba con él y sabía que no iba a aguantar ni un día sin hablarle.

No quiero que todos esos recuerdos mueran en mí, y por ello retengo un adiós que no se va nunca, yo hace tiempo que le dije adiós, y pretendía que fuera real, yo sentía en el corazón que tenía que hacerlo, que tenía que abandonar todo lo que sentía por él, y estaba dispuesta a hacerlo.

En el trayecto me di cuenta de que no puedo estar un segundo sin recordar su sonrisa para que aparezca la mía, que no puedo verle feliz para que aparezca la felicidad en mí.

Ahora no sé qué pensar, estamos genial como estamos, y no quiero que se estropee ni que sienta ningún tipo de impulso de decirle algo que lleve nuestra amistad a otro punto al que no quiero llegar.

Pero aunque estemos bien, siento que tengo que aclarar en mi cabeza aquello que me invade y persigue, que tengo que dejar ir aquel adiós que no se va, que tengo que saber qué siento realmente, y dejar de fantasear en lo que podría haber sido o en lo que será.

Tengo que llegar a darme cuenta de que es imposible, y que por mucho que quiera llegar a la luna, no se puede si las condiciones no son favorables.

Por eso estoy triste por un adiós que no quiere irse y espero que con éste también se vayan mis sentimientos hacia él.